El reciente pretendido “atentado” en contra del ciudadano y empleado de Grupo Imagen y Grupo Fórmula, Ciro Gómez ha sido una prueba irrefutable de que fuerzas oscuras y golpistas merodean los ánimos y el ambiente político preelectoral en el año anterior a la elección más determinante de cara a la presidencial, que habrá de definir la continuidad del movimiento 4teísta.
El impacto mediático que han intentado sembrar en la sociedad los artífices del a todas luces oportuno, por decir lo menos, intento de asesinato en contra de uno de los voceros más visibles de la oposición, ha querido ser sembrado y catalogado como un crimen que proviene del gobierno lopezobradorista, y sin pudor ni recato los feroces detractores deslizan la idea de que se trata de un intento de silenciar las voces críticas al gobierno. Manipulando y engañando a la sociedad, con el falaz argumento que es el Presidente de la República el que ha provocado o incluso fabricado la violencia en contra del comunicador en mención.
Intentan los opositores fabricar un mártir que les dé la legitimidad que no consiguen con su ya trillado estilo tergiversador y manipulador de la comunicación. Quieren hacerse pasar por el resto de los verdaderos periodistas que en verdad fueron ultimados por la incomodidad que causaban al régimen corrupto en turno y a sus negocios derivados, como el narcotráfico y las relaciones de poder que se dan entre ambos espectros.
Resulta muy llamativo el momentum en que se dan estos hechos, y que ocurren en una fecha cercana en la que en una corte de justicia de Estados Unidos habrá de librar un juicio criminal uno de los personajes más siniestros del calderonato, por cierto muy cercano al comunicador Gómez Leyva y quien zalameramente siempre aplaudía sus supuestas dotes de jefe policíaco.
También resulta significativo que el comunicador involucrado usaba un vehículo blindado, cuando por sus propios dichos posteriores al evento delincuencial se precia de “caminar su ciudad”. Es decir, no cuadra la hipótesis de que era un ataque directo y orquestado por alguien profesional, porque eso supondría que era más fácil cumplir el pretendido objetivo realizándolo en esas oportunidades.
Otra circunstancia que levanta suspicacias es la persona a la que por sus mismos dichos, recurre tras el fallido atentado y que es uno de los más rancios y cuestionables políticos no precisamente por sus posiciones ideológicas, sino por sus supuestos vínculos con grupos del crimen organizado, Manlio Fabio, “Don Beltrone”, de quien la víctima se dice súper amigo.
Aquí vale la pena hacer memoria y traer a colación que un comunicador tan visible e influyente en la opinión pública menos politizada como Gómez Leyva ha sido un parcial y cargado comentócrata pagado con dinero público, seguramente por los vínculos cercanos y de amistad que mantuvo y mantiene con políticos del anterior régimen.
Ello lo hace un blanco y pretexto perfecto de falsa bandera para consagrar un argumento de supuesta persecución gubernamental que justifique y les dé combustible en la narrativa opositora que hoy no tiene ninguna expectativa de siquiera competir en las elecciones que habrán de venir.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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