Si hablamos de José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña, pocos le ofrecerán un contexto, pero, si empleamos un simple “Noroña”, todos tendremos presente a un congresista “fosilizado” que desde un principio se distinguió por sus arengas y disertaciones apasionadas que siempre encontraban a un destinatario odiado por el pueblo. Esta “coincidencia”, le ha permitido construir una imagen de “vengador revolucionario” que algunos le compran. Poco importa que antes o después, en lo oscurito, abrace a sus interlocutores. Quedarán como leyendas urbanas, repetidas a la menor provocación, los “valientes sermones” a Genaro García Luna y al resto de las “víctimas” elegidas.
Hay quienes piensan que el debate es la parte medular del trabajo legislativo y no es así necesariamente. Generalmente el Pleno decide sobre acuerdos previos de sus coordinadores y el resto es parte de un “show”, que a veces, se torna irrelevante.
El trabajo sustancial de un legislador es representar con objetividad los intereses de ese conglomerado que hubo votado por él, cumplir con las ofertas de campaña y vivir en carne propia los problemas de aquella comunidad. La actividad que da sentido al nombre es la de LEGISLAR, que es el acto de hacer o establecer leyes, dando inicio a este proceso a través de la creación de iniciativas de ley por parte de los diputados que están moral y profesionalmente obligados.
Noroña, representa al distrito electoral federal No. 4 en Iztapalapa desde 2018, y hasta la fecha, pues fue reelecto en 2021 por los votantes.
Me propongo demostrar con algunos ejemplos, que José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña siempre ha sido un pésimo legislador, pues no ha cumplido con los más elementales requisitos para serlo. Sus gritos y “sombrerazos” le han dado un “prestigio” mediático inmerecido.
En la legislatura que iniciara en septiembre de 2009 y terminara en agosto de 2012, tuvimos un corte de productividad que se publicara el 16 de febrero de 2011. “Noroña” se había subido a tribuna 240 veces buscando los reflectores y sólo había presentado una iniciativa, por lo tanto, resultaba ser el “diputado” más ineficiente, y con mayor distancia entre iniciativas e intervenciones. El promedio -para todos- era en tribuna de ocho ocasiones con cuatro iniciativas.
La diputada suplente en ese periodo, María Alma Velásquez Rivera (Distrito 19 de Iztapalapa) diría en su momento que Noroña no cumplía con nada de lo prometido, que era un misógino, no atendía demandas de sus representados que tocaban su puerta y encima los maltrataba, y que había convertido su actividad legislativa en un vulgar espectáculo.
Los periodos 2018-2021 y 2021-2024 no fueron mejores en eficiencia para el advenedizo de la cuarta transformación, ha seguido, como siempre, encabezando la lista de los más faltistas e improductivos.
El 17 de febrero de 2020, su expareja y secretaria eterna, Martha Angélica Ojeda, interponía una denuncia en su contra ante la Auditoría Superior de la Federación (ASF) por los delitos de corrupción, evasión fiscal ejercicio de recursos de procedencia ilícita, lavado de dinero y delincuencia organizada. También cuestionó de dónde sacaba recursos para financiar sus 170 viajes al año, acompañado por un “séquito” y hospedarse en hoteles de lujo. El legislador impulsaba una iniciativa para que monedas de plata fueran de uso corriente, favoreciendo a las grandes empresas mineras. También exaltó algo que todos sabían: El “compañero diputado” ejercía el nepotismo al imponer en la cámara a tres hermanos y dos sobrinos que entendían, al igual que él, “vivir fuera del presupuesto, era vivir en el error”.
En el mismo año (2020), el ambicioso diputado, pretendía encabezar, el último año, la presidencia de la mesa directiva de la Cámara de diputados a través de un mecanismo tan burdo como ilegal. Los partidos, al inicio de la 64 legislatura habían acordado (en virtud del numero de diputados) que la JUCOPO sería para Morena los tres años, así como el primer año de la presidencia en la mesa directiva, el segundo sería para el PAN y el tercero para el PRI. Noroña acudía al conocido porrismo para forzar su designación invitando a diputados de otros partidos para rebasar al PRI en su número. A Noroña no le importó reclutar entre otros a Mauricio Alonso Toledo (actual prófugo de la justicia) a quien él mismo en 2018 había acusado de asesinato por haber reventado un acto de campaña de Claudia Sheinbaum, donde falleciera una mujer. La ilusión de ganar algún poder lo subyugaba y no se detendría ante nada, total, “el fin justificaba los medios”.
A través del tiempo y su verborrea divisoria, fuimos testigos de su odio por el actual presidente de la república y sus seguidores, en especial, el intento por plagiar un movimiento que no le correspondía, cuya paternidad exclusiva es de Andrés Manuel López Obrador y sus cincuenta millones de simpatizantes.
Noroña sugiere tener alguna cercanía con el presidente para ganar adeptos pero todos sabemos no son compañeros ni amigos y advertimos un inocultable desprecio, ¿y cómo no?
En julio de 2016, Noroña haría algunos juicios y cuestionamientos enfermizos: “Qué barbaridad! ¿Hasta donde está dispuesto a llegar @Lópezobrador_ para que lo dejen ser presidente?”
“Oye @Lopezobrador_si las reformas neoliberales no pueden ser modificadas, puedes explicarnos ¿cómo recuperaras a Pemex y al petróleo?
“Lo peor es que así no llegarás al poder @Lopezobrador_. De dejarte pasar, serías un adorno más en la presidencia”.
Como podemos notar, Noroña estaba condicionado por el neoliberalismo y sus reglas y prefería todo siguiera igual.
En marzo de 2017 acometía en contra de los simpatizantes de AMLO al decirles que nunca alcanzarían la unidad con “esa actitud tan servil”. Ahora, es un “selectivo y ferviente defensor” del presidente que nadie cree, acepta ni entiende.
El desafío más elocuente de este remedo de diputado se da en el sentido del voto, que junto con el PAN ejerce en contra de iniciativas insignes de la campaña electoral de 2018 propuestas por el actual presidente de la república: Se opuso a quitar el fuero, a la creación de la Guardia Nacional, a eliminar prerrogativas a diputados, a eliminar la corrupción en las guarderías, a quitar fideicomisos corruptos, a reducir presupuestos a partidos, a desaparecer plurinominales y a elevar impuestos a tabacaleras y refresqueras.
Tampoco comparte las obras prioritarias de este gobierno al llamar “pinche tren” al Tren Maya.
Sugiero al pueblo de Iztapalapa, en especial al distrito federal 4, hagan una revisión a las conductas de Fernández Noroña antes de volverle a dar el voto, que estimo nunca fue procedente.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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