Antes que nada, este 6 de junio se encontrarán en Los Ángeles, California, dos visiones del futuro de América, por un lado, la de la izquierda integradora y progresista de Andrés Manuel López Obrador; y por el otro, su némesis: la visión regresiva, hegemónica y restrictiva de Joe Biden. Uno, el líder que desea integrar América al estilo de la Unión Europea (UE); el otro, el que quiere levantar los pedazos de un imperio en decadencia, que divide, censura, sanciona, bloquea, financia golpes de estado o invade a los países disidentes.
“Si se excluye, si no se invita a todos, va a ir una representación del gobierno de México, pero no iría yo”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En concreto el Presidente le da a entender al inquilino de la Casa Blanca ‘que los huevos no son al gusto’, luego de su anuncio en la mañanera donde advierte “no asistir a la próxima Cumbre de las Américas si Estados Unidos no invita a todos los países de la región”.
Y es que el Gobierno de Estados Unidos ya había informado que Cuba, Nicaragua y Venezuela no serían invitados a la Novena Cumbre de las Américas a celebrarse entre el 6 y 10 de junio.
En este caso AMLO llega muy fortalecido como líder internacional y latinoméricano luego de su gira por Centroamérica, donde reafirmó que su compromiso es con la integración de nuestro continente y de no dejar a nadie atrás, teniendo como ejemplo la Unión Europea donde se pugna por la igualdad y desarrollo humano equitativo. Que nadie se quede atrás, de ahí la importancia de ayudar a los más pobres. AMLO lidera la noción de respeto a la soberanía nacional de los países y su derecho a disentir. No es la cumbre de los Estados Unidos; Cuba, Nicaragua y Venezuela también son América.
Las Américas, al igual que el resto de regiones, envían el mensaje de la necesidad del diálogo completo.
Durante la cumbre se comparten ideas y se proponen acuerdos de interés para los países visitantes que van desde la salud, seguridad, política y hasta temáticas de apoyo para el desarrollo de las comunidades vulnerables del continente en materia de educación, economía y apoyos sociales.
Por otro lado, estarán de acuerdo que, Biden es un presidente desgastado, reprobado por su propio pueblo, con un país en crisis financiera, desprestigiado en el mundo, que ha logrado quitarles a muchos la confianza en el dólar, creando una crisis mundial en materia energética, alimentaria y de seguridad. El mandatario no respeta a los países latinoamericanos, pero necesita de ellos para superar esta crisis.
Brian Nichols, el secretario de asuntos del hemisferio occidental en Estados Unidos, dijo que la decisión de no invitar a los tres países fue del presidente Joe Biden:
“Es un momento clave en nuestro hemisferio, un momento en el que estamos enfrentando muchos retos a la democracia, y los países (Cuba, Nicaragua y Venezuela) no respetan la carta democrática de Las Américas, y por eso no se espera su presencia”.
En referencia a que, ellos controlan las cumbres, la ONU, la UE, la estación espacial, las transferencias electrónicas bancarias y hasta el internet.
Esta no es una cumbre para recordar que el próximo año se cumplen dos siglos de la promulgación de la Doctrina Monroe. La realidad geopolítica del mundo ha cambiado, y en este nuevo orden multipolar queremos mayor fortaleza de la ONU y menos hegemonía al estilo de la OTAN. En consecuencia, son muchos los países que en América de hoy exigen respeto de EU a sus naciones, entre ellos:
- México
- Chile
- Bolivia
- Cuba
- El Salvador
- Guatemala
- Haití
- Honduras
- Nicaragua
- Venezuela
Andrés Manuel fue el primero en pronunciarse para que estas reuniones de Jefes de Estado del continente sirvan para mejorar la vida de la gente, de los países de Las Américas, sin excluir a nadie, y que no son solo oportunidades para que Presidentes y Primeros Ministros se hagan publicidad personal mientras los Estados Unidos los obligan a cerrar negocios ventajosos o leoninos.
Así que es claro que el primer tema de la agenda de la cumbre ya lo puso AMLO, aquí a nadie se desprecia, a nadie se deja atrás y a nadie se humilla.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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