El Senado de la República aprobó la iniciativa presentada por la presidenta Claudia Sheinbaum para prohibir la siembra de maíz transgénico en México, con el objetivo de proteger las variedades nativas y la salud de la población.
Con 97 votos a favor y 16 en contra, el Pleno dio luz verde a la reforma constitucional que establece la conservación y protección del maíz criollo como un principio fundamental. La medida responde a la preocupación por los efectos del maíz genéticamente modificado y busca blindar al país ante su consumo.

La iniciativa surge tras la resolución desfavorable para México en el panel de discusión con Estados Unidos y Canadá sobre el comercio de maíz transgénico. Luego de este fallo, el gobierno mexicano se vio obligado a eliminar las restricciones a la importación del grano modificado, a pesar de los estudios que alertan sobre sus riesgos para la salud.
El dictamen, que modifica los artículos 4 y 27 de la Constitución, subraya la importancia de proteger el acervo genético del maíz como una estrategia clave para la soberanía alimentaria y la agricultura nacional. Se considera que esta medida fortalecerá la producción agrícola sin la influencia de semillas modificadas, promoviendo la biodiversidad y la sustentabilidad en el campo mexicano.
Con esta reforma, México busca consolidar su política en defensa del maíz nativo, un cultivo emblemático de su identidad y pieza clave en la alimentación de millones de personas.
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