¿Qué necesidad tiene Claudia Sheinbaum de opinar sobre las declaraciones de Félix Salgado Macedonio cuando el país atraviesa un periodo interesante con eso de los aranceles? Claramente ninguna, pero el hecho de que no haya necesidad no significa que se deje pasar la oportunidad para avisarle al patriarca guerrerense que, si no hay pleito abierto, cuando menos lo traen entre ceja y ceja en la presidencia. ¿Por qué? Sencillamente porque ese cacicazgo de Guerrero es de lo más incómodo que hay en MORENA y cada vez cuesta más trabajo negar su influencia negativa para el movimiento. Y eso que, ni siquiera hay que escarbarle a fondo, así nomás por encimita queda claro cómo este caso, al igual que muchos otros en el mundo guinda, se la pasan cometiendo atrocidades en sus estados gracias al descarado nepotismo que, dicho sea de paso, se permitió desde la dirigencia de ese partido. Ah, eso en cuanto a la dirigencia y hay que ser críticos en verdad, pero, ¿y las voces al interior de MORENA que prefirieron callar cuando designaron a Evelin Salgado como candidata dónde quedaron? Pues nada más y nada menos que en el silencio cómplice que de frente acusa y por la espalda convalida para no arriesgarse a perder los privilegios.
En ese sentido, hay aquí dos cosas que observar: una dirigencia complaciente a los chantajes de los caciques estatales y una serie de dirigentes que pierden hasta el sentido común cuando se trata de perpetuarse en el poder. Imagínense, si de por si esto es por demás cuestionable y y que estamos hablando de Guerrero, agreguemos el cinismo que caracteriza la actividad política del senador guerrerense, pues dicho cinismo alcanza niveles jamás antes vistos, y si no, pongamos como ejemplo ese discursito mamón de que una eventual candidatura (hablando de sí mismo), no sería producto de la herencia, sino de la voluntad del pueblo guerrerense ¡hágame usted el favor! O sea que, para el legislador, tanto el cacicazgo como el control de la actividad política en su Estado, emanan de la voluntad popular y no del capricho y contubernio de unos cuantos. ¡Ver para creer!
Caray, que vergüenza es que exista un movimiento tan amplio y plural en el país con liderazgos tan pobres, porque eso entonces deja ver que no hay diferencia alguna entre lo que denunciamos y lo que hacemos… Peor aún, ni siquiera se busca guardar las formas o cuando menos disimular, el descaro es tal, que abiertamente se expresa la podredumbre, aunque se pretenda hacerse el chistoso como si con eso se limpiara la mancha. Estando así la cosa, quienes nos identificamos con el movimiento parece que nos vamos enfrentando a un dilema, ¿se construye una nueva era desechando de manera valiente a personajes como Salgado Macedonio o callamos cobardemente (como hasta ahora) y dejamos que se joda el movimiento? Ahí sí que cada quien decida y se haga responsable, total, para algunos el rechazo de la militancia, bien vale ser Secretario de Educación ¿verdad Mario?
Pero bueno, dicho lo anterior en esta referencia a Guerrero en particular, habrá que recalcar: ¡no, no y no! No hay toro, lo que hay es un wey que cree que el futuro político del Estado le pertenece por gracia divina, se llama Félix Salgado Macedonio y ponerlo en su lugar, no debería ser cosa de Sheinbaum, sino de aquellos que aun cuentan con cierta solvencia moral en MORENA, y que por cierto, cada vez son menos.

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