La economía es un factor que mantiene o tumba gobiernos, gana o pierde elecciones, condena a pueblos enteros o los fortalece; esto fue magistralmente simplificado por Clinton cuando le reviró a Bush: “It’s the economic stupid”.
México lindo y herido fue brutalmente maltratado por los presidentes del neoliberalismo, que bajaron los sueldos, devaluaron el dólar, el crecimiento del país fue nulo y lo poquito que creció fue en base a un brutal endeudamiento; la corrupción creó un paraíso de políticos multimillonarios, empresarios acostumbrados a no competir, a no pagar impuestos, a no pagar la luz, a vivir de tajadas que le robaban al presupuesto mediante la corrupción. Y por si fuera poco, todavía tuvieron el descaro de invitar a empresas extranjeras manchadas por la corrupción, como Iberdrola y Odebrecht a que también saquearan al país.
La herencia que dejaron estos inmorales, por no decir delincuentes, es tan grande que aún con lo rico que es el país, tenemos 50 millones de pobres, producto de los latrocinios, de la falta de sensibilidad social, ética y moral de quienes gobernaron la etapa neoliberal; la desigualdad es tan brutal y ofensiva, que aun con los millones de pobres, se dieron el lujo de tener en Forbes un buen número de los principales multimillonarios del mundo.
Por fin llega el cambio, y es natural que todos aquellos empresarios acostumbrados a robar y lucrar a costa del bienestar de todos los mexicanos opongan resistencia a pagar sus impuestos, a pagar la energía eléctrica… A competir en igualdad de condiciones con otros empresarios, a renunciar a la impunidad y el trato de mirreyes que se daban. Siguen llorando por un pasado que se les fue y que no regresará.
Por otro lado, tenemos un empresariado inteligente que entiende bien que si la vida le da naranjas, naranjada hay que hacer; lleva bien el ritmo de un gobierno que pone el piso parejo, las reglas claras para todos, la cero tolerancia, que erradicó los pagos corruptos que exigían los anteriores gobernantes, que simplifica las reglas del juego, que está dotando al país de infraestructura robusta y moderna, que ve con beneplácito cómo la energía eléctrica no ha subido de precio, ni subirá, al igual que la gasolina y el diésel, que no ha subido impuestos, que tiene un política monetaria inteligente, disciplinada y sobre todo eficiente, que creó las bases para que de todas partes del mundo estén llegando inversiones, que entendió muy bien que si al país le va bien, a ellos les va bien.
Estamos viendo en estos días donde la deuda externa de los países de la OCDE está subiendo, mientras que proporcionalmente, la de nosotros está bajando, ya que se ha atendido correctamente con los ingresos que están llegando extra, de la correcta recaudación, del manejo honesto de las aduanas, del petróleo, ¡de CFE!, etc.; son muchos miles de millones de pesos diarios los que entran. Asimismo, el país lleva 7 trimestres contínuos de crecimiento, la inflación es más baja que en Estados Unidos; en cuanto a política cambiaria, el peso en relación al dólar se mantiene estable, sin devaluarse en estos tres años del gobierno de la 4T; los salarios han aumentado considerablemente, los apoyos sociales llegan a las personas que más los necesitan directamente, sin intermediarios, esto ha fortalecido nuestro mercado interno que se encuentra dinámico, vigoroso y en expansión.
El impacto de las grandes obras de infraestructura aún no se sienten directamente en la población, así que aún falta ver lo que representará el AIFA, Dos Bocas, el Proyecto Portuario Industrial del Istmo, el Tren Maya con sus ramificaciones a ritmo y a Guatemala, las presas y sistemas de riesgo que están por terminar. En fin, tantos logros que presumir.
Objetivamente, se puede decir que la 4T nos lleva en la dirección correcta y a gran velocidad al Primer Mundo.
¿Qué propone la derecha? Regresar a sus privilegios de clase privilegiada que no paga impuestos, no paga energía eléctrica y vive parasitando y devorando los impuestos que tanto trabajo y sudor nos cuestan a los mexicanos de bien; a mantener en la pobreza y con un ingreso mínimo para que no se les mueran de hambre sus empleados, a condenarnos a un eterno Tercer Mundo; aparte de eso y de su odio visceral, no tienen ninguna propuesta, por eso yo les digo ¡no! Van a perder una y otra vez, porque la derecha nos invita a su mesa a comer m…da, mejor buen provecho, y que el grupito chiquito pequeño que son, se la coman todo.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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