En estos tiempos de presidentes extranjeros desquiciados, mexicanos que votaron por el gringo bocón y los fifís que piden a gritos la intervención armada de los vecinos del norte, cerrar filas y reforzar la identidad nacional es vital.
Una de las expresiones más emblemáticas de la esencia nacional es el Mariachi. Con su grito muy particular, es la máxima expresión melódica de angustia y felicidad. Desde canciones que pintan escenas campiranas como “El Zopilote Mojado” hasta melodías instrumentales complejas como “Amor Indio” o “México de Noche” quien no disfruta y se siente más mexicano que nunca, al oír a un Mariachi tocar canciones rancheras, sones, corridos, boleros, huapangos y valses.
Cuando queremos sentirnos alegres, especialmente en fiestas de cumpleaños, las Mañanitas con Mariachi se encuentran presentes en vivo o en grabaciones, porque su música crea un ambiente festivo y emocionalmente cargado, que une a las personas y alegra los corazones.
Sus vistosos y elegantes trajes bordados con tradicionales motivos mexicanos, están inspirados en la ropa que usaban los campesinos, vaqueros y charros; llevan espuelas en los botines y usan sombreros anchos, pantalones ajustados con botones o adornos de plata, corbata de moño y chaqueta. Así los recuerdo desde aquella icónica película de 1936 “Allá en el Rancho grande”. Son una verdadera representación visual de la historia y el orgullo e identidad nacional.
Por otra parte, aunque los instrumentos pueden variar, según el tamaño de la agrupación (de ocho elementos mínimo) se cuenta siempre con el guitarrón, la chirimía, la vihuela, la guitarra, la trompeta y el violín. Los conjuntos más grandes incluyen metales, cuerdas en varias tonalidades y, en ocasiones, arpa. Todos ellos hacen de su conjunto un vibrante sonido representativo de nuestra cultura.
Se considera que la cuna del Mariachi como se conoce actualmente, fue en el siglo XIX en Jalisco. Como dice la canción “de Cocula es el mariachi y de Tecalitlán los sones”. Pero también se asegura que sus orígenes datan del siglo XVI y en su invención, las mayores aportaciones fueron de los pueblos indígenas Cora, Wixárika, Nahua, Huichol y Purépecha.
Hace casi un mes el Congreso de la Ciudad de México propuso reconocer el “Día del Mariachi en la Ciudad de México” y exhortó a la Secretaría de Cultura local a que el día 10 de noviembre se proclame como el “Día del Mariachi en la Ciudad de México”. Y es que esta hermosa música nos permite reconectar con nuestras raíces. Es un símbolo para generaciones enteras disfrutada por personas de todas las edades y orígenes.
Pero además, desde el 2011 el Mariachi fue reconocido como intérprete de la música tradicional a través de la cual se trasmiten valores e historia por lo que se le nombró Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Así, este 21 de enero se celebra el Día Internacional del Mariachi. Esta honra subraya su importancia cultural y la necesidad de conservarlo como lo más representativo de la escena musical en México.
En conclusión querido lector, que nunca muera la música tradicional mexicana, larga vida al Mariachi y sus dos días conmemorativos: El 10 de noviembre en la Ciudad de México, y el 21 de enero en todo el mundo. Habrá que contratarlos más seguido. Por cierto el Mariachi Vargas de Tecalitlán ya anunció “El Legado” tour 2025.
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