Un reciente estudio publicado en la revista International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity revela que la implementación del etiquetado frontal en México ha tenido un impacto significativo en la reducción de compras de alimentos no saludables. Este sistema, que incluye octágonos negros con advertencias sobre exceso de calorías, azúcares y grasas saturadas, busca combatir problemas como obesidad y diabetes al mejorar las decisiones alimentarias de los consumidores.
El análisis, liderado por investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública y otras instituciones, examinó datos de más de 9,000 adultos y jóvenes entre 2020 y 2021. Cerca del 45% de los adultos y 39% de los jóvenes reportaron haber reducido la compra de productos poco saludables, siendo las bebidas azucaradas como los refrescos y jugos los más afectados.
Cambios en el comportamiento y grupos más beneficiados
El estudio destaca que el etiquetado ha tenido mayor impacto en mujeres, personas indígenas, hogares con niños y consumidores con mayor conocimiento nutricional. Además, se identificó que quienes consumen más agua tienen una mayor probabilidad de disminuir la compra de bebidas azucaradas.
Por el contrario, la efectividad del etiquetado es menor entre personas con bajos niveles de educación o que consumen en exceso estos productos, lo que subraya la necesidad de reforzar campañas de educación nutricional y salud pública.
Beneficios potenciales y desafíos futuros
Desde su implementación en octubre de 2020, el etiquetado ha demostrado ser una herramienta eficaz para modificar hábitos alimenticios. Sin embargo, los investigadores advierten que aún queda por evaluar el impacto a largo plazo y el efecto en patrones de consumo globales, incluyendo posibles sustituciones por productos no etiquetados como dañinos.
El director del estudio concluyó que estas políticas pueden reducir desigualdades en salud y mejorar las elecciones alimentarias en poblaciones vulnerables, aunque se necesita promover mayor educación y conciencia sobre los riesgos asociados al consumo excesivo de alimentos procesados.
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