Llama la atención la ligereza con la cual los conservadores hablan de la democracia, ellos mismos son parte de ella, pero no la practican, aunque sin ellos no hay democracia, porque los incluye, a pesar de todo.
La derecha suele añadir a su parcela de poder llamada democracia el apoyo incondicional de “la sociedad civil”.
La democracia y la sociedad civil parecieran ser propiedad de una derecha que carece de arraigo social en México.
Desde las convocatorias a las marchas de la marea rosa la derecha asegura que la sociedad civil participaría, nunca llegó. La sociedad civil es la gente que ingenuamente se afilia a las fundaciones de Claudio X. González, en realidad son los más resentidos de la sociedad por la llegada de la 4T, los más lastimados en sus intereses, los evasores fiscales, los huérfanos de la corrupción.
Recientemente el ex comisionado presidente del INAI, Adrián Alcalá ¿Méndez, advirtió que la desaparición de su changarro implicaba “un día triste para la democracia porque el INAI ha sido, más allá de la utilidad social que tienen un lugar para la democracia mexicana”.
Atrás quedaron los moches, los contratos ilícitos del INAI con la empresa de Xóchitl Gálvez, los tarjetazos en bares y países lejanos, las compras del súper con la tarjeta American Express corporativa, los retiros en efectivo, etc.
Los nuevos partidos que se asoman a ese intento encabezados por Guadalupe Naranjo y Xóchitl Gálvez aseguran que lo conformarán en nombre de la democracia.
Eso es para los vividores del pasado la democracia. La igualdad de oportunidades de una sola, clase, de un grupo privilegiado, de un club privado. No desaparece la transparencia, ni la anticorrupción, ni la información ni las sanciones, simplemente se quita lo que mostró y demostró desinformación, opacidad, corrupción e impunidad. Para vigilar estas instancias está la población. Debe actuar mucho mejor que el INAI y que los institutos borrados por sus excesos.
Su democracia tenía como sede un nido de ratas, por si fuera poco el cinismo, Alcalá Méndez aseveró que las y los comisionados “dimos la batalla conforme debía de ser, desde nuestra óptica, antepusimos el diálogo, porque finalmente representamos una institución de Estado”.
Sin titubeos ni sonrojos los conservadores carentes de propuestas, banderas, ideas, consignas sólidas toman la urgentemente necesaria clausura del INAI como una agresión a la democracia, incluso personajes oscuros como Aguilar Camín aseguran que se violaron los derechos humanos. Cuando en realidad se trataba de lavar la imagen de la sede de la corrupción llamada INAl.
Cómo se explica que hayan tenido contratos con una senadora en funciones o la prohibición de auditorías, o gastos excesivos, etc. gran parte de los abusos de una clase que vivía con lujos a costa del presupuesto.
La propia candidata de la alianza opositora no sólo dice fortalecer la democracia con la intención de continuar en los medios, a pesar de todo sino que se dice la cara de la democracia en México. Ellos son la democracia, lo demás son violaciones a las leyes, persecución política, atentado a la igualdad, a la justicia.
La derecha ha creado su propia mitología, que reproducen en algunos medios, que consumen algunas personas. Es decir, el mundo paralelo donde la derecha no sólo tiene la razón sino que sigue gobernando, porque seis años de personificar la fe de erratas del gobierno le sirvió para creerse capataz del gobierno, y lo único que hizo fue disminuir su fuerza en el mundo real.
La incapacidad de entender el presente lo obliga a crear su propio mundo. Tampoco podrán regresar al pasado tan añorado porque chocan con la realidad, pero sí inventan una realidad en la que sólo ellos creen.
La esfera de cristal es tan evidente que crearon su premio de periodismo solo para conservadores. Lo que fuera un digno reconocimiento a diferentes géneros periodísticos, fue degradado al otorgarlo a activistas de derecha, sin el mínimo sonrojo por la hija de José Pagés Llergo. Un mundo donde sólo existen ellos. Se asumen conservadores, poco objetivos, tergiversadores y faltos de credibilidad, pero lejos del mundo.
Así son la democracia, la sociedad civil y la verdad. Claro en ese mundo liliputense.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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