Por supuesto que los grupos criminales que destinan una buena parte de su capacidad operativa a la actividad política vieron en MORENA la oportunidad de adentrarse en esa esfera para delinquir a sus anchas o, cuando menos, para tener cierto grado de cobertura que les permitiera operar, ya sea con la complicidad de las autoridades (especialmente municipales) o, a través de ejercer medidas de presión sumamente violentas. Quizá el cálculo haya sido primero las posibilidades de MORENA de arrasar en la elección como sucedió y segundo, que El pertenecer a ese partido podría desviar la atención con aquello de que todos se dicen ser “diferentes” gracias a la premisa del “no mentir, no robar y no traicionar”
Como sea, nadie puede llamarse a sorpresa con las detenciones que arrojó el operativo enjambre que tuvo como destinatarios a diversos servidores públicos del estado de México, pues los índices de inseguridad y el tipo de crímenes, mostraban con toda claridad que existía algún tipo de protección o contubernio que explicaría por qué se actuaba con tal grado de impunidad. Lo que sí causa sorpresa (para bien) es el hecho de que, a tan solo días de haber asumido la presidencia de la República, Claudia Sheinbaum ponga énfasis en lo que será su gobierno en materia de seguridad: abrazos no balazos sí, pero para nada complacencia. Efectivamente es poco el tiempo que lleva esta administración, pero el operativo evidentemente no se orquestó de la noche a la mañana, es notorio que se llevaron varios meses de investigación y de servicios de inteligencia para asestar este durísimo golpe a la delincuencia que apenas es la punta del iceberg.
Pero así como señalamos apenas iniciado este gobierno, lo necesario era atacar frontalmente a las organizaciones criminales por todos los flancos posibles, el financiero por ejemplo es fundamental pues se les corta los recursos que a parte de las ganancias ilícitas, les otorga poder para adquirir armamento y sobre todo conciencias; así que estamos por ver cómo pronto el operativo se irá ampliando y quien sabe cuantos mas caerán en esta trama de contubernio. La cuestión es que siendo de la filiación partidista que sea, el mensaje es más que claro: no se va a tolerar ningún acto de esta naturaleza en este gobierno por mucho que militen en el partido que hoy ejerce el poder.
Como muchos mexicanos que tiene identidad con la Cuarta Transformación, creo que la mayor exigencia debe ser hacia quienes forman parte de este proyecto, por eso este espacio lanza duras críticas, regularmente tomadas a mal por los destinatarios pero son siempre con la idea de que lo primero que se debe hacer para que este país alcance su máximo potencial es limpiar la casa desde dentro y si eso implica evidenciar a los que están coludidos con la delincuencia pues no queda de otra, así que muy bien por la presidenta y por Harfuch. Hay que mantener esa línea sin abandonar la otra que insistimos es primordial, las causas.
Aprovechando, Donald Trump es un verdadero bravucón, ¿a poco no lo conocen? Lo destacable aquí no es su amago ya hasta desgastado, lo que destaca es que parece que se topó con la horma de su zapato. Ahí nomás para que quede constancia de que Claudia Sheinbaum no va a ser una perita en dulce en aquello de la relación bilateral con los Estados Unidos, échese un vistazo a la carta que envía al próximo presidente de esa nación. En pocas palabras y con la diplomacia haciendo gala, advierte que, o se lleva la fiesta en paz o le apostamos al a ver quien pierde más. En una de esas hasta se preocupan más los empresarios de allá que los de acá. Bien por Claudia.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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