“Sentir que es un soplo la vida,
que veinte años no es nada,
que febril la mirada
errante en las sombras
te busca y te nombra.
Vivir
con el alma aferrada
a un dulce recuerdo
que lloro otra vez”.
Vivir
Carlos Gardel
“A las cinco y media del miércoles 2 de octubre de 1968, aproximadamente diez mil personas se congregaron en la explanada de la Plaza de las Tres Culturas para escuchar a los oradores estudiantiles del Consejo Nacional de Huelga, los que desde el balcón del tercer piso del edificio Chihuahua se dirigían a la multitud compuesta en su gran mayoría por estudiantes, hombres y mujeres, niños y ancianos sentados en el suelo, vendedores ambulantes, amas de casa con niños en brazos, habitantes de la Unidad, transeúntes que se detuvieron a curiosear, los habituales mirones y muchas personas que vinieron a darse una “asomadita”. El ambiente era tranquilo a pesar de que la policía, el ejército y los granaderos habían hecho un gran despliegue de fuerza”. La noche de Tlatelolco
Elena Poniatowska
Ediciones Era Página 166
Lo conocí hace muchos años. El primer recuerdo que tengo de él es de hace bastantes lustros. Cuando apareció ante mí lo vi y me pareció imponente, magnífico, increíble. La primera vez que pasé y se descubrió ante mis ojos pensé: “Dios, es majestuoso” pero nunca pensé estar cerca de él ni dormir entre sus recovecos. La verdad, pensé que estaba fuera de mi horizonte, y sin embargo, llegué y me acurruqué en él.
Tlatelolco ha formado parte de mi vida en los últimos 18 años, él, el magnífico Tlatelolco, o mejor dicho, la Unidad Habitacional Nonoalco Tlatelolco como tal, ayer 21 de noviembre cumplió 60 años de existencia. Fue en 1964, luego de cuatro años de construcción, cuando acudió el presidente Adolfo López Mateos para inaugurarla con toda su majestuosidad.
Es un lugar emblemático lleno de magia, de historia. Hemos recorrido todos sus rincones llenos de misticismo, de memorias. Decir Tlatelolco es viajar en el tiempo entre la modernidad y la antigüedad. La hemos conocido por caminar por sus pasillos, por la emblemática Plaza de las Tres Culturas o la plancha que se despliega en una de sus tres secciones con que cuenta, por sus andenes, por sus habitantes, por sus edificaciones y por las entrañables y valiosas amistades que hemos sembrado. Por muchos de sus habitantes que están o llegaron desde chicos, de hecho, algunos la habitan desde que se inauguró en aquel 1964 cuando algunos de ellos eran apenas unos infantes y orgullosos cuentan cómo era su vida al inicio, recién inaugurada, recién estrenada; muchos otros vecinos queridos con los que entablamos hermosas amistades, con pesar y con dolor los hemos despedido porque han trascendido a otros planos y los llevamos en el corazón y de los que aprendimos escuchando sus hermosas historias. Otros han envejecido con el pasar de los años… bueno, ahí vamos siguiéndolos, pero con la admiración y el respeto a su edad, a sus vivencias, a sus ilusiones y a sus recuerdos.
Ver desde la ventana cómo se descubre el paisaje cada día, ver la Plaza de las Tres Culturas en su magnificencia es algo único. Cada visitante que llega por primera vez y se asoma para ver la vista que te da estar desde la terraza de un piso 12, se queda impactado por tan magnifico paisaje. Desde ahí, desde la terraza de ese piso 12 se alcanzan a ver los volcanes que asoman a lo lejos, pocas veces el Iztaccíhuatl y muchas veces, no tantas como quisiera, el Popocatépetl cuando el clima nos lo permite; y cuando es la época invernal, Don Goyo como lo llaman sus vecinos, se refleja lleno de nieve y otras tantas, cuando fuma (esperamos sea la pipa de la paz que tanta falta hace en estos días) vemos desde acá, desde la terraza o por la ventana, cómo su fumarola recorre el cielo y se difumina a lo lejos.
Un lugar emblemático es el Jardín de Santiago (justamente donde, antes de la llegada de los españoles, en la época prehispánica, se asentaba el famoso tianguis de Tlatelolco) cercano a la iglesia de Santiago Apóstol, lleno de cientos de especies de árboles y cada tanto cuenta con la visita de unas magníficas águilas reales que planean por los edificios cercanos. Es increíble verlas llegar, sí, desde la ubicación que tenemos logramos ver cómo vuelan por todo el jardín, cómo van sobre los árboles y cómo se van por los alrededores de los edificios, las escuchamos chillar y las vemos cómo van planeando para irse a parar a otra edificación emblemática, el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, que en un tiempo fue la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores, y que la recién fecha que pasó también de gran envergadura, fue el pasado, y pareciera lejano, 19 de mayo, cuando fue la sede del tercer debate presidencial que se efectuó en sus instalaciones, por cierto, uno de los más vistos y donde estuvo la ahora Presidenta de México.
Tlatelolco, generoso con sus visitas, recibe cada fin de semana a los turistas, nacionales y extranjeros, vemos cómo llegan los autobuses o camionetas turísticas llenas de ciudadanos que acuden a visitar su Zona Arqueológica, la recorren y algunos llegan a tocar sus piedras, caminan por sus pasillos y quedan frente a una de las pirámides, que de lejos pareciera que no es alta, sin embargo, ya frente a ella, es imponente (pirámide que en su plenitud, cuando llegó Cortés, contaba con una altura equivalente a la mitad del edificio del Centro Cultural Universitario Tlatelolco).
Del otro lado, rumbo a una de las avenidas más famosas de la Ciudad de México, Insurgentes, tenemos La Torre Insignia, mejor conocida como la Torre de Banobras porque ahí estuvieron las oficinas centrales del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos, con su emblemático diseño de forma de triangular, creado por el mismo arquitecto que diseño la unidad, el Arquitecto Mario Pani, y que se inauguró en el mismo año que la unidad, llegando a ser el segundo edificio más alto después de la Torre Latinoamericana. Actualmente ahí se encuentran las oficinas de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México.
Lastimosamente Tlatelolco es un lugar que quedó marcado por la historia de la represión del gobierno priista de Díaz Ordaz, acontecido aquel 2 de octubre de 1968 y que, al pasar de los años, una pequeña parte de esa historia se llevó a la pantalla grande con una de las películas más impactantes que recuerdan ese triste evento, famosa porque habla sobre lo que fue la matanza de estudiantes aquel año del 68, Rojo Amanecer y que por cierto, el departamento que sale en la película no pertenece a Tlatelolco, fue filmada en una lejana bodega al sur de la ciudad, donde fue recreado con las medidas con que cuentan los departamentos originales de la unidad y que, ahora lo sabemos y conocemos, cómo sufrieron represión los actores y el director para poder filmarla y cómo se estuvieron escondiendo de las autoridades para lograr tan magnífica película que hablaba de un suceso que a los gobiernos neoliberales ni les gustaba tocar, ni les conviene hablar.
Otra fecha triste para los habitantes de dicha unidad fue la embestida que le dio la naturaleza al sufrir uno de los más terribles sismos que haya registrado la historia de la ciudad, el terrible sismo del 19 de septiembre de 1985, donde se desplomó el edificio Nuevo León y Tlatelolco nunca volvió a ser el mismo que inaugurará López Mateos, puesto que muchas de las edificaciones quedaron dañadas y muchos edificios tuvieron que ser demolidos y otros recortados teniendo que tirarles y eliminarles pisos para hacerlos cortos por los daños que sufrieron.
A partir de esa fecha, Tlatelolco fue reparado de los daños que ocasionó aquel terremoto y hoy, a sesenta años de su inauguración, se yergue como el gigante que es, con sus achaques de 60 años pero rejuvenecido por los habitantes que estamos orgullosos de pertenecer a esta zona llena de historia, de fuerza, de voluntad y de orgullo de pertenecer a Tlatelolco, a la Unidad Habitacional más emblemática de la Ciudad de México.
Disgregando
1
La presidenta va a expropiar la propiedad privada, nos va a quitar nuestra “propiedad privada” y vamos a ser el comunismo de Venezuela, sí, esta es la cantaleta que tuvieron durante la campaña presidencial del expresidente López Obrador, durante su sexenio y ahora, en el nuevo sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum, de igual manera lo pusieron en los noticieros de los medios corporativos, sin embargo, el pasado 11 de noviembre se dio a conocer en la “conferencia del pueblo” por parte del Director del INFONAVIT el programa. No sé cómo no se dan cuenta de lo que significa lo que presentó con el congelamiento de cuentas, de deudas de todo aquel que haya adquirido una casa a través precisamente del Infonavit y que muchas veces las deudas se hicieron impagables, se tornaron en unas cuentas que resultaron inmensamente gigantes.
2
Ahora traen bien checadito todo lo referente a Pemex aquellos que casi truenan la empresa paraestatal de México. Quieren saber en qué se gasta el dinero que genera Pemex y también cuándo se va a acabar su deuda y porqué está tan endeudada Pemex. De veras que son olvidadizos, ya no recuerdan quién tronó a la paraestatal, quién la endeudó, quién la desfondó y quién se aprovechó de la producción por tantos y tantos sexenios. Ahora bien dignos le piden cuentas de todo lo referente a PEMEX al gobierno cuando en los sexenios pasados ni pío decían por todas las triquiñuelas que efectuaron al amparo del poder y donde la empresa que más sufrió el embate de la corrupción fue precisamente esa paraestatal.
3
Ya veremos como acusan al expresidente López Obrador de estar inmiscuido en el narcotráfico, aunque a estas alturas, contando, nuestros vecinos del norte, con las mejores armas para rastrear a cualquier transgresor de la ley en el mundo entero, nunca han podido atrapar a aquellos que se dedican a repartir las drogas que ingresan a su territorio, sobre todo por Canadá, de acuerdo con los reportes donde se sabe que el mayor ingreso en a través de su vecino del norte.
Eso sí, ahora que el próximo Secretario de Estado del vecino del norte e hijo de inmigrantes cubanos tomará su puesto, recordemos que fue precisamente él, el que dijo que el expresidente López Obrador había entregado regiones del país a los cárteles de las drogas. Lo extraño, nunca vieron cómo en los gobiernos neoliberales sí se entregaron regiones enteras a la actividad delictiva y muchas veces o la mayoría de las veces, siendo ellos mismos los que estaban inmiscuidos en esas actividades, pero nunca, nunca lo vieron ni los vieron.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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