No sé por tus rumbos, pero por donde yo circulo cotidianamente cada vez veo menos chamacos. O, mejor dicho: cada vez veo menos niños y niñas, y cada vez veo más gente grande, quiero más bien decir, ya entradita en años… Es más, por donde yo me muevo —y me transporto generalmente a pie, en bicicleta y en transporte público—, cada vez uno puede toparse con menos infantes y cada vez con más perros. Puedo asegurar incluso que, durante la última semana que puse atención en ello y llevé un registro mental de mis observaciones, transportados en carriolas pude ver más perros que bebés humanos. Ni qué decir de la comparación de cánidos con correa versus niños de la mano: los cuadrúpedos son mayoría. Algo está sucediendo.
Abundan los que juran y perjuran que los números no mienten, lo cual es una afirmación imposible de contradecir: los números no mienten… pero tampoco dicen la verdad. Ni mienten ni dicen la verdad porque los números no hablan, no emiten juicios. Quienes podemos construir juicios acordes con la realidad o tomar el pelo usando números somos nosotros, las personas. Estoy de acuerdo con la sentencia del poeta y novelista escocés Andrew Lang (1844-1912) en el sentido de que la mayoría de la gente usa las estadísticas como un borracho usa una farola o un poste de luz; más para apoyarse y no caerse que para iluminar su camino. Intentemos usar bien algunos números, a ver si nos aportan cierta luz sobre el sitio en el que estamos parados.
Las estadísticas más recientes que disponemos acerca del número de nacimientos registrados en nuestro país corresponden al año pasado. A lo largo de todo 2023, en todo México se contabilizaron 1’820,888 nacimientos registrados. ¿Pocos, muchos? Bueno, depende con qué comparamos la cifra. Podemos decir que la cantidad de seres humanos recién incorporados al mundo en territorio mexicano durante los 365 días del año pasado es superior a la población total de países enteros, como Trinidad y Tobago, Estonia, Chipre o Surinam. O para no echar la vista muy lejos: resulta que el número de bebés registrados el año pasado en el país supera a la población total de varios estados de la República, como Colima, Campeche y Baja California Sur, en los cuales, en cada uno, radica menos de un millón de personas, o Nayarit (1.3 millones de habitantes), Tlaxcala (1.4 millones), Aguascalientes (1.5 millones) y Zacatecas (1.6 millones). También podemos decir, como para darnos una idea, que, en promedio, hubo 4,986 nacimientos diarios en México durante el año 2023, esto es, 208 nacimientos por hora durante todo el año, 3.5 nacimientos por minuto. Cuenta 17 segundos: 1, 2, 3, 4… 15, 16, 17 y ahí está el llanto de un recién nacido. De inmediato, comienza de nuevo, sin detenerte, cuenta 17 segundos: 1, 2, 3, 4… 15, 16, 17 y el llanto de un recién nacido. Y así, sin pausa, durante todo 2023. Pero de nuevo, ¿debemos considerar ese monto de chamacas y chamacos mucho o poco?
Pues resulta que, con ese número de nacimientos registrados, 1’820,888, la tasa de nacimientos registrados en 2023 por cada mil mujeres en edad fértil (15 a 49 años) fue de 52.2, lo cual se traduce en una disminución de 2.3 puntos porcentuales respecto al año previo. Visto en números absolutos, observamos que en 2022 se registraron 1’891,388 nacimientos en México, o sea, 70,500 niños menos. Quizá esta cifra no parezca demasiado alta, pero demos un paso atrás para tomar un poco más de perspectiva… ¿Cuántos nacimientos crees que se registraron en México justo hace diez años, en 2014? ¿Más o menos? Obviamente, entonces nuestra población era menor. Bueno, en 2014 se registraron en México 2’463,420 nacimientos, es decir, 642,532 más que el año pasado. Ya no se ve tan menor el monto, ¿verdad?
En 2015, de acuerdo con la Encuesta Intercensal realizada por el INEGI, la población total de México ascendía a 119.9 millones de personas. El mismo año, según los registros vitales publicados por el propio Instituto, se registraron 2’353,596 nacimientos. En 2023, según cifras de la Encuesta de la Dinámica Demográfica también del INEGI, en el país radicábamos un total de 129.5 millones de habitantes. Así que si comparamos 2015 contra 2023, resulta que en menos de diez años, con casi diez millones de personas más, en México ocurrieron poco más de medio millón (532,708) nacimientos menos. Claro, la diferencia en las respectivas tasas de nacimientos registrados es significativa: 70.1 contra 52.2 por cada mil mujeres en edad fértil. Sin duda, cada vez se apersonan menos nuevos seres humanos en México.
Por supuesto, el cambio de la dinámica demográfica no se da parejo a lo largo y ancho del territorio nacional: mientras que la tasa de nacimientos registrados en Chiapas fue de 100.1, en la Ciudad de México, entidad en la que yo resido y veo a tan pocos niños y niñas, es de apenas 34.1, esto es 18 puntos por debajo del promedio nacional. La tendencia es clara: en 2023, únicamente en seis estados del país se observan tasas de nacimientos registrados por arriba de 60 por cada mil mujeres en edad fértil: Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Nayarit, Durango y Michoacán. En el extremo opuesto, en ocho entidades encontramos tasas inferiores a 45 puntos: CDMX, Yucatán, Hidalgo, Estado de México, Quintana Roo, Querétaro, Baja California Sur y Colima. Y, ojo, en este último grupo se encuentran las dos entidades más pobladas de la República, Estado de México y CDMX, en donde vivimos 1 de cada 5 habitantes del país (20.7%).
Hace apenas un mes Statista publicó un artículo firmado por Anna Fleck: How Common Is It To Own a Dog? (¿Qué tan común es tener un perro?). Es sorprendente: resulta que, según una encuesta realizada entre julio de 2023 y junio de 2024, mientras que menos de tres de cada diez hogares en Suecia reportaron tener un perro en casa, la respuesta en México fue de siete de cada diez. Y sí, nuestro país aparece en primer lugar, seguido por Brasil (62%), Inglaterra (55%) y Estados Unidos (51%).
En México hoy se escucha,
con gran contento y fervor,
qué perro es el gran amor,
pues en casa ya no hay lucha.
Más que niños, la gran chicha
son ladridos que resuenan,
y en vez de pañales, llenan
los platos de croquetas mil.
¡Qué alegría, sí, qué perfil!
¡Perros no lloran ni penan!
- @gcastroibarra
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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