Durante la confernecia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum refirió al espionaje que el gobierno represor ejerción contra su madre y compartió recuerdos personales sobre su madre, Annie Pardo, y su destacado papel en el movimiento estudiantil de 1968. Orgullosa de sus raíces, Sheinbaum expresó que considera un honor ser hija de una mujer que no solo fue testigo de una época de transformación en México, sino que también sufrió directamente la represión y las consecuencias de su compromiso con la justicia y la educación.
Sheinbaum recordó cómo su madre, quien en aquel entonces era profesora e investigadora en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), se unió al movimiento que demandaba mayor libertad y justicia en México. Sin embargo, tras la masacre del 2 de octubre, la represión del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz se intensificó, y su madre fue expulsada tanto del IPN como de su programa de posgrado. “Mi madre enfrentó una época en la que cualquier académico o estudiante que alzara la voz era excluido y perseguido”, comentó Sheinbaum.
A pesar de este golpe, Annie Pardo encontró en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) un refugio y un espacio de libertad académica. El entonces rector Javier Barros Sierra defendía los derechos de los estudiantes, brindando apoyo a quienes habían sido marginados por sus convicciones. Fue allí donde Pardo continuó su carrera y, años después, se convirtió en una figura respetada en la investigación científica mexicana, alcanzando el título de Investigadora Emérita de la UNAM, reconocimiento que Sheinbaum describe como un triunfo sobre la adversidad que su madre vivió en los años de represión.
Sheinbaum también mencionó que el Archivo General de la Nación conserva documentos que registran la vigilancia y espionaje que el gobierno ejercía sobre su madre e incluso sobre ella misma cuando era solo una niña. Según la presidenta, este pasado refleja las características autoritarias de aquellos gobiernos. “Quienes participaron en el movimiento estudiantil eran perseguidos o encarcelados, y cualquier periodista crítico sufría represalias inmediatas”, agregó, subrayando que estos actos del pasado representan el tipo de represión contra la que su madre luchó y que, a su vez, inspiran su propia visión política actual.
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