Evo Morales, expresidente de Bolivia, declaró este domingo que Estados Unidos estaría detrás de el supuesto atentado en su contra que tuvo lugar en la región del Trópico de Cochabamba hace una semana.
Morales, quien también anunció el inicio de una huelga de hambre, aseguró que el ataque contó con la intervención de agentes estadounidenses y exige un diálogo con el gobierno del presidente Luis Arce.
“Estoy convencido de que en ese operativo del domingo en la Novena División participaron los gringos, es un operativo de Estados Unidos, se sabrá tarde o temprano”, señaló Morales, quien responsabilizó también al gobierno boliviano de lo ocurrido.
La situación en Bolivia ha estado marcada por una serie de bloqueos en el centro del país, encabezados por seguidores de Morales, quienes exigen que se eliminen los cargos judiciales en su contra, incluyendo acusaciones por trata de personas.
Estos bloqueos han persistido durante tres semanas, y a pesar de un reciente desalojo de los puntos principales de protesta, Morales ha pedido una pausa en las manifestaciones.
El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, respondió con una acusación en contra del expresidente, alegando que Morales habría disparado contra policías durante un operativo antidrogas, hiriendo a uno de ellos.
Por su parte, Morales refutó estas acusaciones, afirmando que los agentes estaban encapuchados y acompañados por personas que identificó como “extranjeros” y posibles agentes de la DEA, basándose en fotografías que vio de la evacuación del herido.
En un intento de llegar a un acuerdo, la ministra de la Presidencia, Maria Nela Prada, indicó que el gobierno está dispuesto a dialogar con Morales bajo la condición de que se suspendan los bloqueos en las carreteras.
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