La estrategia hegemónica conocida como Lawfare proveniente de Estados Unidos dirigida a los países con gobiernos progresistas en América Latina, como sabemos tiene como siguiente objetivo destruir lo logrado hasta este momento por el proyecto de la Cuarta Transformación impulsado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, representado en la actual administración por la doctora y presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Es indudable el interés del gobierno estadounidense, por el control de la economía en nuestro país que durante décadas logro manipular mediante el modelo neoliberal, manejado por los anteriores gobierno del Prian quienes lograron acuerdos no escritos, pero evidentes a partir del fraude electoral en 1988.
Los intereses de la todavía economía más fuerte en el mundo se reflejan y comparten dentro de nuestro propio ámbito político de nuestro país, representando por organismos empresariales, junto con con el apoyo por grupos de intereses creados desde la oposición y medios corporativos de comunicación, que por supuesto se encuentran alineados con los intereses del país vecino, que también con sus políticas intervencionistas busca evadir su responsabilidad de la problemática que provoca miles de muertes de jóvenes por el consumo de las drogas.
El interés por debilitar la fortaleza acumulada durante el primer gobierno progresista de López Obrador precipitó la debacle en la que habían caído los partidos opositores, que a través del control de los medios corporativos siguen intentando influir en la población con la misma estrategia de mentiras que los llevo al fracaso electoral donde solo en el estado de Aguascalientes lograron ganar, solo uno de los 32 que componen nuestro país. Lo que representa que actualmente se reconozca la mayoría calificada en las dos cámaras para los partidos que componen el proyecto de la Cuarta Transformación, Morena, PT, Verde.
Es evidente que el movimiento opositor al gobierno seguirá buscando por todos los medios frenar los procesos legislativos aún cuando no cuentan con la representatividad necesaria.
La disputa por el reconocimiento de la reforma al poder judicial ya no tiene sentido, pero al parecer la comentocracia controlada por la derecha en los medios corporativos busca provocar entre la audiencia la duda suficiente para seguir con la farsa de una ilegalidad que solo existe en la mente enferma del fanatismo opositor.
Cómo ya lo señalan también algunos Constitucionalistas opositores, la Reforma al Poder Judicial ya está vigente y no hay duda ni tiene sentido una Guerra Jurídica que no existe.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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