La Delegación de la Unión Europea en México, junto con las embajadas de Suiza y Noruega, ha emitido un comunicado en el que condenan el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez Pérez, ocurrido en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Sin embargo, estas críticas desde Europa reflejan una falta de comprensión y respeto por los esfuerzos de las autoridades mexicanas para abordar esta situación.
Los diplomáticos europeos han aprovechado el lamentable suceso para lanzar señalamientos que, en lugar de ayudar, tienden a interferir en asuntos internos del país. Las representaciones extranjeras insisten en señalar un supuesto nivel de impunidad en casos de asesinatos de defensores de derechos humanos y periodistas, aun cuando la Fiscalía General de la República ya atrajo la investigación para esclarecer el crimen, como confirmó la presidenta Claudia Sheinbaum.
Injerencia disfrazada de preocupación
No es la primera vez que estas delegaciones diplomáticas emiten declaraciones que parecen más un intento de presión política que una verdadera preocupación por los derechos humanos. Aunque reconocen el trabajo del gobierno mexicano para proteger a personas defensoras y periodistas, continúan utilizando un lenguaje que ignora los avances que se han realizado en esta área, y que resulta injerencista.
Los embajadores europeos no solo critican, sino que también sugieren medidas para “mejorar” las condiciones. Este tipo de intromisiones son una muestra de la constante tendencia de estas naciones a querer imponer sus estándares y políticas, sin un conocimiento real de las complejidades que enfrenta el país.
México enfrenta sus propios retos con soberanía
A pesar de las críticas internacionales, el gobierno de México ha demostrado un compromiso constante en la protección de defensores y periodistas. La presidenta Sheinbaum ha reiterado que se trabaja de manera coordinada con las autoridades locales para garantizar la justicia en el caso de Pérez Pérez, y se están fortaleciendo mecanismos como el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras y Periodistas.
En momentos como este, es importante que las naciones extranjeras respeten la soberanía de México y eviten emitir juicios que no hacen más que generar desconfianza y alimentar un discurso de desinformación que no abona a la verdadera solución de los problemas.
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