En una histórica sesión que concluyó pasada la medianoche, el Senado de la República aprobó en lo general y en lo particular la reforma constitucional en materia energética, que restituye el control de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) al Estado. Con 86 votos a favor, 39 en contra y cero abstenciones, el dictamen fue avalado por la mayoría de los legisladores, quienes celebraron la medida como un paso importante hacia la soberanía energética de México.
El presidente de la Mesa Directiva del Senado, Gerardo Fernández Noroña, calificó la aprobación como un día histórico. “Se ha aprobado la soberanía energética del país”, declaró con entusiasmo. Ahora, el proyecto será enviado a los congresos estatales, donde deberá ser ratificado por al menos 17 entidades para que pueda ser declarado como parte de la Constitución.
La reforma es una respuesta a las modificaciones de 2013 que transformaron a Pemex y CFE en “empresas productivas del Estado”, sujetas a regulaciones de derecho mercantil y civil. Con el nuevo paquete de reformas a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum busca consolidar el papel de estas empresas estatales y asegurar que el control de los recursos energéticos de México vuelva a manos del pueblo.
Además de fortalecer a Pemex y la CFE, la iniciativa también contempla la recuperación de los trenes de pasajeros como parte de una política de bienestar más amplia. El cambio constitucional tiene como objetivo principal garantizar los derechos de los ciudadanos y proteger los intereses del país en materia energética.
La aprobación de esta reforma es vista como un paso clave para reforzar las políticas energéticas del Estado, devolverle al gobierno el control total sobre recursos estratégicos y fortalecer el bienestar de la población mexicana, en línea con la visión de la Cuarta Transformación.
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