La pobreza en Argentina ha alcanzado un alarmante 52.9% de la población en el primer semestre del gobierno de Javier Milei, según el informe más reciente del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Este incremento de 11.2 puntos porcentuales respecto al segundo semestre de 2023 revela el fuerte impacto de las políticas económicas ultraliberales adoptadas por la administración Milei, que, en su afán de reducir el gasto público y combatir la inflación, ha dejado a millones de argentinos en una situación de mayor precariedad.
Las medidas de ajuste fiscal impuestas por el neoliberal, que incluyen la reducción de subsidios energéticos, la eliminación de obras públicas, despidos masivos en el sector estatal y recortes drásticos en el presupuesto educativo, han exacerbado la recesión económica. Si bien el presidente y su equipo económico defienden estas decisiones como una vía necesaria para contener la inflación —que ya alcanza el 236% anual—, la realidad es que las clases populares han pagado el precio más alto.
El gobierno de Milei sostiene que la inflación es el mayor flagelo para los sectores empobrecidos, y que el equilibrio fiscal es clave para mejorar a largo plazo la situación del país. Sin embargo, los datos recientes desmienten esta narrativa. El desempleo llegó al 7.6% en el segundo trimestre y el Producto Interno Bruto (PIB) retrocedió un 1.7%, lo que demuestra que la política de austeridad no solo ha sido ineficaz, sino profundamente perjudicial.
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