El 5 de agosto, el Ejército estadounidense concluyó su retirada de la base aérea 201 en Níger. Esta salida fue decidida por las autoridades nigerinas, alineándose con la reciente tendencia de varios países africanos de remover tropas occidentales para fortalecer su soberanía. La retirada se completó más de un mes antes de la fecha límite del 15 de septiembre, impuesta por el nuevo gobierno de Níger tras el golpe militar de 2023.
El gobierno nigerino, que llegó al poder mediante un golpe militar, ha mostrado una postura contundente contra la presencia militar extranjera. Exigieron la salida inmediata de las tropas estadounidenses y francesas. Esta decisión refleja una tendencia observada en países como Malí, Burkina Faso y Chad, que también han solicitado la retirada de fuerzas occidentales, buscando administrar sus asuntos internos sin interferencias externas.
El Global Times destaca que la retirada de las tropas occidentales de Níger podría motivar a otros países africanos a seguir el mismo camino. La meta es reducir la dependencia de fuerzas militares extranjeras y mejorar sus propias capacidades defensivas. La independencia en la gestión de la seguridad y política se ha convertido en un objetivo prioritario para muchas naciones africanas.
La publicación también menciona que África no quiere ser un campo de batalla para la hegemonía de Washington, especialmente considerando el historial de Estados Unidos en promover conflictos por poderes a nivel mundial. Sin embargo, a pesar de la expulsión de las tropas estadounidenses de algunos países, esto no implica un retiro completo de la región.
El artículo advierte que Estados Unidos podría extender su influencia a otros países africanos en el futuro y, eventualmente, regresar a Níger. La situación sigue siendo incierta y depende de cómo evolucionen las relaciones entre los gobiernos africanos y las potencias occidentales.
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