En una conferencia de prensa realizada el viernes 02 de agosto, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, reveló la intención de su gobierno de otorgar derechos de explotación de petróleo y gas a los países miembros del BRICS. Esta medida surge en respuesta a la presión ejercida por países occidentales y apunta a fortalecer la comercialización de recursos energéticos con sus aliados estratégicos.
El BRICS, originalmente formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, ha ampliado recientemente su membresía para incluir a Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.
Maduro destacó la importancia de las inversiones que el grupo BRICS puede aportar, mencionando un “portafolio de oportunidades” que podría beneficiar tanto a Venezuela como a sus socios. Estas declaraciones se dan tras la reelección de Maduro en las elecciones presidenciales del 28 de julio, cuya legitimidad ha sido cuestionada por Estados Unidos y varios países latinoamericanos.
En este contexto, la invitación del presidente ruso, Vladímir Putin, para que Maduro participe en la próxima cumbre del BRICS, programada para los días 23 y 24 de octubre en Kazán, resalta la creciente cooperación entre Venezuela y los países del bloque. Esta reunión buscará afianzar la colaboración económica y política entre sus miembros, en un momento crítico para la geopolítica global.
La propuesta de Maduro de colaborar más estrechamente con el BRICS es un esfuerzo para diversificar las alianzas estratégicas de Venezuela y contrarrestar las sanciones y presiones externas. Al ofrecer sus recursos energéticos a este grupo, se busca asegurar apoyo económico y político, al tiempo que fortalece su posición en el escenario internacional.
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