En el Foro de Seguridad de Aspen, la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, general Laura Richardson, anunció la propuesta de un nuevo Plan Marshall para América Latina. Esta iniciativa busca contrarrestar la creciente influencia de China y Rusia en la región, especialmente a raíz de la pandemia de Covid-19, que ha permitido a estos países aprovecharse mediante estrategias como el ofrecimiento de préstamos económicos.
Richardson señaló que muchas naciones latinoamericanas aún no se han recuperado completamente de los efectos de la pandemia, lo que ha facilitado la intervención de China y Rusia. “Es sospechosa la inversión en infraestructura crítica, como puertos de aguas profundas, 5G, ciberseguridad, energía y espacio por parte de China”, comentó la general, subrayando su preocupación sobre el posible uso militar de estas inversiones.
La propuesta de un Plan Marshall para América Latina se inspira en la histórica ayuda económica brindada a Europa tras la Segunda Guerra Mundial, desarrollada por el secretario de Estado George Marshall en 1948. Este plan original ofreció 13,300 millones de dólares a 16 países europeos, creando una dependencia económica hacia Estados Unidos y combatiendo la expansión del socialismo durante la Guerra Fría.
Richardson expresó su inquietud sobre la competencia de Estados Unidos en América Latina, destacando que los líderes de la región no perciben claramente las contribuciones estadounidenses, a pesar de la alta inversión extranjera directa. “Todo lo que ven son las grúas chinas y los proyectos de la Iniciativa de la Franja y la Ruta”, indicó.
Además, la general cuestionó las intenciones de China en la región, sugiriendo que la naturaleza dual de las inversiones chinas podría tener aplicaciones militares. “Me preocupa que se conviertan rápidamente en aplicaciones militares. Son empresas estatales de un gobierno comunista”, enfatizó.
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