Amo!
Entrevista a Javier Milei,
Amo ser el topo dentro del Estado,
Soy el que destruye el Estado desde adentro…
Presidente de Argentina.
Siempre he pensado que cuando la cúpula del poder pone a sus marionetas en cargos públicos para administrar sus negocios, éstos, los empleados del poder, tienen que tener características muy particulares para poder cumplir con éxito sus órdenes. Por ejemplo, estos deben ser serviles al poder, les debe gustar mucho el dinero, con un apego especial a lo banal, a lo material, individualistas, requieren ser los grandes mentirosos y muy hipócritas, caras duras que pueden engañar al pueblo, pero, además, deben tener un poder de convencimiento exponencial apoyado por los medios de manipulación. Podrían vender a su madre si le asignaran un precio, son traidores a la patria y tienen que estar convencidos de los objetivos para los que el poder los puso ahí, en ese lugar de privilegio y, además, son desechables. Son zalameros también, lame botas, sin dignidad, sin valores ni principios morales ni éticos de ningún tipo, conveniencieros, camaleónicos, tienen la facilidad de ser miserables, pero mostrarse con una careta de “gente de bien”. Algo así como “El Topo” de Javier Milei, vergonzosamente hoy el presidente de la Argentina.
Javier Milei “El Topo” es un orco desaliñado que le miente constantemente al pueblo de Argentina, desde la Casa Rosada, que es el bunker donde habita (cuando no anda de viaje en el extranjero vendiendo a la Argentina al mejor postor), los medios de manipulación le hacen el trabajo (todos ellos vendidos) de supuestamente dar a conocer las “medidas de su gobierno”, desde su jaula porque no puede salir a la calle a enfrentarse con el pueblo, no puede salir más allá de las rejas de su palacio en donde se crean montajes de supuestos niños de colegio que lo van a saludar y se toman fotos. Estos montajes los conocemos bien en México, aquí el experto en eso es Carlos Loret de Mola, un criminal corrupto de los medios que se hace pasar por periodista, pero que le sirve de manera vulgar y sínica al poder.
Al día de hoy, la Argentina está tomada por todos lados, amarrada por todos sus frentes, al grueso de la población le importa únicamente sobrevivir a una crisis inducida por los gobiernos pasados y exacerbada por este gobierno de Javier Milei “El Topo”. Los medios han hecho su trabajo de crear un ambiente de “esperanza” de mirar a Javier Milei “El Topo” como el “genio” economista que está sacrificando el presente por un mejor futuro en la Argentina, futuro que nunca llegará. Los jóvenes votantes han caído en la trampa de pensar que todas las desgracias sociales, económicas y políticas que pasan en su país, tienen un propósito mayor y que llegará con el paso del tiempo, en 30 o 40 años, una Argentina de progreso como la de principios del siglo XX, algo nada más alejado de la realidad. Lo cierto es que generacionalmente, para cuando pasen 30 o 40 años, estos jóvenes votantes, si sobreviven a la decadencia de su país, no tendrán ya ni siquiera fuerzas para manifestarse en una plaza pública, ni para reclamar lo que algún día fue suyo y que le robaron a plena luz del día.
Argentina tiene una población educada pero alejada de los temas públicos, desencantada por la política corrupta de su país, individualizada, manipulada por las redes sociales, sin medios de comunicación alternativos, es una población cautiva del conservadurismo y de la extrema derecha que ha provocado que coloque a Javier Milei “El Topo” en el presidente que ocupa el tercer lugar a nivel mundial con mayor aprobación y popularidad, de acuerdo con la agencia Morning Consult. Javier Milei “El Topo”, el destructor de Estados, se ha convertido hoy en el showman de la economía, por un lado, un modelo a seguir entre los fundamentalistas, y por otro, una vergüenza para la profesión de economista en el mundo. Una lengua larga que puede autoproclamarse merecedor del Premio Nobel de Economía, cantinfleando en “explicar” sus supuestas aportaciones, dando conferencias (todas ellas financiadas por asociaciones y agencias promotoras del conservadurismo y de la extrema derecha en el mundo), con supuestas teorías sin sentido que sólo él y su supuesta genialidad entienden, pero que, en resumen, en los hechos económicos, se expresa en la destrucción de la base social de la Argentina.
Es importante saber que no hay genialidad en la destrucción de un Estado que se ha construido por décadas, no hay genialidad en erradicar la pobreza matando a la gente de hambre, mejoran las estadísticas, sin duda, pero a qué costo. No hay genialidad reduciendo la inflación disminuyendo a cero el consumo de las personas, no hay genialidad en lanzar a la calle a la gente y con ello reducir el número de ministerios, no hay genialidad en buscar un “déficit cero” a costa de matar a media Argentina, y la otra mitad, optar por la migración, o por quedarse a vivir lo que se le viene después de una crisis económica, sí, lo que se viene siempre que no hay para comer, más pobreza, más delincuencia, más violencia, etc. Javier Milei “El Topo” es un ente maldito, no le puedo llamar ser humano porque carece de humanidad, su hipocresía es tal, que puede destinar recursos para colmar de comodidades y llenar de veterinarios a sus perros imaginarios, pero llevar a cabo acciones para estrangular los comedores comunitarios. Con Javier Milei “El Topo”, la Argentina no verá la luz ni hoy ni mañana, lamentablemente la condenará a décadas de penumbra, de oscuridad, de dolor, de injusticia y de desigualdad.
Javier Milei “El Topo” inició su campaña y su aparición en la arena pública con el argumento de ser el “destructor de Estados”, un “liberal-libertario”, su forma tan efusiva de expresarlo sorprendió a muchos y convenció a muchos más, finalmente, el lobo con piel de oveja entró a la casa y al parecer no hay nada que hacer, sólo mirar cómo destruye todo lo que tenga a su paso. Como economista, Milei es el ejemplo perfecto de lo que un economista ético y honesto no debe de ser ni hacer, su actuar le ha hecho mucho daño (como todos los economistas corruptos) a la profesión, contrario a lo que piensa la gente, ser economista en un país donde los economistas son ladrones de cuello blanco y han robado a manos llenas, da hasta vergüenza.
Los economistas rateros y con Doctorado (PhD) se han puesto el velo de la técnica y de la educación, del mayor grado de estudio, tratando de purificar su imagen en sociedad y haciendo creer que, si vienen de Harvard, o vienen del MIT o de alguna de estas universidades de élite, entonces “son expertos”, “saben lo que hacen”, “son educados”, pero todo eso es mentira, pareciera que los prepararan allá para saquear a sus países en desarrollo, dejarlos en la calle para después lavarles la cara y aparecer en las principales portadas de las revistas de negocios (Ej. TIME, The Economista). Una lección al señor Javier Milei “El Topo” es que, no se necesita ser doctor para gobernar un país con honestidad y no se necesita ser economista para administrar la hacienda pública con responsabilidad.
Javier Milei “El Topo” puede llenar sus argumentos de tecnicismos, puede en sus entrevistas y conferencias enredar a la audiencia hablando de forma rimbombante y “sabionda”, incluso puede soltarse el pelo si así lo desea, pero en términos llanos, simples e intuitivos, la gente, su pueblo, sólo quiere vivir una vida digna y ésta no será sino es con el Estado. Otra lección para el señor Javier Milei “El Topo”, es que el Estado es mucho más que el gobierno, es un ente supremo que vela para garantizar los derechos fundamentales de todo ser humano, el Estado son sus tierras, es su gente, son sus recursos, es su cultura, son sus tradiciones, cuando Javier Milei “El Topo” habla de destruir al Estado le importa un carajo llevarse por delante a todo lo que esto significa. Llegó a destruir al Estado, sí, sus tierras tan productivas y fértiles, vender sus recursos naturales (petróleo, minerales, etc.). A un anti-social e individualista como Milei, no le interesa el pueblo argentino, no le incomoda ni mínimamente dejar a las personas sin sanidad, sin alimentación, sin vivienda, sin lugares de recreación, sin acceso a la cultura, sin seguridad, no le interesa ni el arte ni la ciencia de la Argentina que en algún momento fue un referente para América Latina y para el mundo, no le importa nada.
Jamás me habría imaginado a la Argentina en una situación como la actual, manejada por sicarios económicos que la han llevado a la desgracia. Abrazada por la maldad del FMI y sus gerentes, Argentina y su pueblo padecerán las locuras del señor Javier Milei “El Topo”. Todavía falta mucho por ver, la película apenas comienza, un experimento neoliberal en su máximo esplendor en los albores de pleno siglo XXI. Al recorte del presupuesto le seguirá el desempleo, al desempleo la indigencia, la informalidad y la migración; a la falta de ingresos le seguirá la pobreza, a la pobreza el hambre, al hambre la violencia, a la violencia la muerte; Argentina se convertirá en un paraíso de pocos ricos con privilegios fiscales en el poder y muchos, la mayoría, empobrecidos y algunos que otros, los que tienen laburo, con la creencia falaz de que son “clase media y privilegiada por el sistema”, se les adoctrinará para su defensa, de esta manera, si alguien desea cambiar algo en la Argentina (por ejemplo, remover las estructuras de poder), pondrán por delante a la supuesta “clase media” para incomodarla y decirles “no te dejes, ellos quieren que seas pobre, te quieren comunista, socialista”, en fin.
Es posible que, por ahora, la gente que deambula por las calles, que sale temprano a su trabajo o a sus trabajos (porque no les da para vivir un solo laburo), este pensando que todo esto pasará como en una pesadilla, que habrá tiempos mejores, lo cierto es que no, la experiencia latinoamericana a lo largo de la historia económica nos muestra que no, que esto apenas comienza. Se darán cuenta que Javier Milei “El Topo” sólo es el bufón que da la cara ante los medios y que podrían terminar con él cuando lo deseen, por ejemplo, acusándolo de pedófilo, de perteneciente a una red de trata de personas o develando un supuesto consumo de drogas y estupefacientes; sinceramente es de lástima y pena ajena porque, al final del día, para el poder es muy fácil echar a la basura a un tipo como Javier Milei “El Topo”, está en sus manos y la Argentina en las sucias manos de Milei.
En un país con hambre de justicia, como el que se vivió en México en el periodo neoliberal, lamentablemente el abrupto empobrecimiento de la gente provocó que, por un lado, creciera la pobreza extrema (casi al 30%) y, por otro lado, la lista de ricos de la revista Forbes se ampliará, es decir, más extremadamente ricos y muchísimo más pobres y en extrema pobreza. Los gobiernos pasados, sin atender las causas, se dedicaron a “combatir la delincuencia”, delincuencia que tuvo como origen el empobrecimiento, pero estas estrategias eran para volver a hacer negocios (¡otra vez!), ahora ya no con la miseria ni el hambre de la gente, ahora con su seguridad, y apelando a que buscan la paz, lo cierto es que realizaban contratos con Estados Unidos para el suministro de armas y adiestramiento (como con el gobierno de Felipe Calderón en México), otra violación más a la soberanía nacional. Y así están ordenadas las lianas por las que los changos neoliberales se cuelgan de un sexenio a otro, hasta que se termina el camino, y la gente se cansa y los manda al basurero de la historia (¡A chingar a su madre!), como paso en México en las elecciones del año 2018 con el Lic. Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Tristemente (pero considerado como parte del modelo neoliberal del shock económico) el grueso de los argentinos se encuentra en una encrucijada de optar por salir a la calle y marchar para exigir sus derechos o asistir a sus trabajos para que a su familia no le falte el mate en casa. En algún momento el hartazgo de la gente llegará, tardará, pero llegará, las injusticias son tales que son invivibles, las carencias y la falta de lo indispensable llega a tal grado que (siguiendo la ideología del neoclásico y neoliberal Javier Milei “El Topo”) el costo de oportunidad de las personas entre vivir y morir sea cero, es decir, le resultará indiferente, en ese momento temblará la Argentina, le temerán a los pobres que son los que menos tienen que perder porque ya se lo han arrebatado todo y porque lo único que les queda que le tomen es su propia vida y con esa vida pagarán.
Serán los pobres los que llenaran las calles, tomaran las oficinas y las plazas públicas y los miserables como Javier Milei “El Topo” y su secta saldrán huyendo (a Madrid quizás que se ha vuelto el refugio del conservadurismo), le temerán al pueblo, lo respetarán, le servirán, el pueblo será su amo y soberano. Dentro de su gente, la gente de abajo, del pueblo, saldrán los nuevos legisladores, los nuevos ministros y jueces, los nuevos líderes políticos honestos, leales a su nación y a su patria, eso que verdaderamente aman la justicia para su pueblo y dan su vida, verdaderos luchadores sociales de larga trayectoria (no personajes chatarra como el engendro de la televisión Javier Milei “El Topo”), y sólo así, solo así, saldrá la luz y se alejará la oscuridad. Suena radical, pero es más radical ver a la gente llenando las filas para tener un plato de comida caliente en una nación que fue la más rica del continente. Ninguna nación, ningún pueblo merece vivir una vida indigna, ninguno merece matarse en el laburo sin mirar la luz del sol y reprocharse no llevar lo suficiente para la comida del día, ninguno merece esa condición infrahumana que ofrece el neoliberalismo, y ninguna persona merece ser engañada por un supuesto “futuro mejor”, empeñando su presente y lo mejor que tienen en las manos, su vida.
Argentina, volverá a ser una Argentina de paz y de prosperidad, no como la del siglo XX, sino mejor, mucho mejor. Argentina nos duele como país hermano y México la mira con nostalgia por todo lo que atraviesa. AMLO ha sido uno de los presidentes que ha alzado la voz en el contexto internacional para que ya cese el estrangulamiento monetario por parte del FMI, sin embargo, aunque esto se llegara a dar, hace falta más que eso, que por ahora no se visualiza en la Argentina, por ejemplo, se necesita un pueblo organizado y que tome las calles, un contrapeso alternativo en los medios de comunicación y líderes con honestidad moral probada y congruente (no ricos de izquierda), verdaderos social demócratas que entre sus ideales estén la de una mejor Argentina, una Argentina democrática, incluyente, de derechos y bienestar.
Para este reto social, se requerirá de un nuevo lenguaje, de nuevos términos, porque los actuales se encuentran manchados y desgastados, requerirá de una ideología, ir a la historia en busca de la justicia, revisarla de primera mano y extraer la esencia de la verdadera Argentina y no la contada por Javier Milei “El Topo” y sus medios de manipulación mediática. Posiblemente AMLO y su gobierno puede servir de referente, no como receta, sino quizás dé algunas lecciones que puedan ser de utilidad. Javier Milei “El Topo” le ha llamado a AMLO “ignorante”, pero su pueblo lo respalda, lo sigue, lo ama, es el mejor presidente que ha tenido México en las últimas décadas y los datos en cifras históricas así lo demuestran: menor tasa de desempleo, mayores salarios, mayor inversión en infraestructura (realización de mega proyectos), mayor inversión extranjera directa (IED), mayores reservas, disminución de la pobreza (cinco millones de pobres menos), disminución de la desigualdad, mayor cobertura en programas sociales (Apoyo para adultos mayores, becas a discapacitados, becas a madres solteras, becas para el estudio de jóvenes de media superior y superior, becas en posgrado y apoyo a la ciencia y el arte, entre otros), mayor cuidado al medio ambiente (declaratoria de mayores áreas protegidas y el mayor programa de reforestación del mundo –Sembrando vida-), disminución de la inseguridad, mayor creación de universidades y creación de espacios culturales, entre otros.
Por eso y más…
¡Viva Andrés Manuel López Obrador!
¡Viva la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, nueva presidenta electa de México!
¡Viva México!
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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