Solo unos pocos hoy en día fueron testigos del nacimiento del PRI bajo estas siglas, después de las transiciones que tuvo desde su fundación como PNR y ser, a la postre, el Partido de la Revolución Mexicana; sin embargo, los aquí presentes, podríamos dar constancia de la desaparición de este, gracias a la pésima gestión que ha tenido Alejandro Moreno Cárdenas al frente del partido desde el año 2019, donde acaparó todo el poder para hacer de su imagen la representación del tricolor. Y dicho instituto político no podía llevar mejor abanderado. Acusado de probable desvío de recursos, enriquecimiento ilícito, lavado de dinero, entre otros (https://www.proceso.com.mx/nacional/2024/4/28/denuncian-desvio-de-fondos-por-mil-mdp-en-la-gestion-de-alito-moreno-en-campeche-327993.html), cuando estuvo al mando de Campeche, Layda Sansores, actual gobernadora de ese estado, dio a conocer, además, diversas grabaciones de audio, que revelaron entre otras cosas, acuerdos en los que participaba el flamante presidente del revolucionario institucional.
Su intención era ser el candidato presidencial de las pasadas elecciones de junio; sin embargo, su pobre capacidad de dirección, le restaron votos a tal grado de, aceptar el acuerdo del magnate Claudio X. González, de formar parte de la coalición que a la postre elegiría a Xóchitl Gálvez como la representante, además, del PAN y PRD.
Tal fue el hartazgo popular que existió que, ninguno de los 3 partidos dio el ancho para convencer a la mayoría de los votantes, teniendo como resultado la desaparición del PRD como partido y ubicando al PRI como un satélite del PAN y de MC. No conforme con esta demostración del pueblo, Moreno Cárdenas utilizó su poder para cambiar estatutos y tener vía libre para reelegirse una vez más en el tricolor, ante la evidente molestia de sus integrantes más influyentes.
Si bien agradecemos que “Alito” Moreno diera muestras tan contundentes de su capricho dictatorial, pues ello equivale a poner el último clavo al ataúd del PRI, es importante reconocer que la soberbia es mala consejera, sobre todo cuando se habla de política. En la izquierda, de manera concreta en MORENA, no se necesitan actitudes de este tipo, mucho menos cuando existen errores que, a los ojos de sus afiliados y de quienes votaron por sus candidatos, resultan en comportamientos y actitudes, cuando menos, hostiles y petulantes de las figuras importantes al interior del partido guinda.
Recordemos que, una de las razones por las que el partido del sol azteca se fue a pique hasta desaparecer, fue por un comportamiento de sus dirigentes, los reconocidos chuchos, similar al que se comenta, cargado de arrogancia y ambición de poder, hasta cerrar los caminos que defendían los intereses reales de la gente. Tal cual ocurre en la actualidad en el PRI pero, además, fue esa soberbia de querer tener la razón a rajatabla por encima de las opiniones de lo demás, la que abonó para la separación de sus integrantes y facciones y que resultó en la escisión de personajes y partes.
MORENA acaba de cumplir este 9 de julio, sus primeros 10 años de vida como partido legalmente constituido y es indeseable que dichas actitudes separatistas se inyecten en el torrente que alimenta las venas que llevan vida al movimiento: la voluntad de la gente. Se dice que es de sabios reconocer los propios errores, pero es de igual importancia que a los votantes se les haga sentir parte de este movimiento, en aras de mantener otros 10 o más años, el voto que significa la confianza de un pueblo que se sabe bien representado. Esperemos que sus dirigentes no repitan los errores del PRD o PRI, para que la gente, los millones que votan por el partido de izquierda, permanezca a su lado.
- @Pablo_OcampoEsc
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