En recientes eventos que han capturado la atención nacional, más de 100 manifestantes han sido detenidos en las universidades de Yale y Nueva York durante protestas en apoyo a Palestina. El presidente Joe Biden ha criminalizado y condendado a estas protestas, calificándolas de antisemitas
La situación en la Universidad de Nueva York se intensificó cuando la policía intervino para dispersar a los manifestantes, resultando en la detención de 133 personas, según fuentes oficiales. Los detenidos fueron posteriormente liberados, aunque las tensiones persisten dada la continuación de las protestas en varios campus universitarios de EE.UU., en respuesta a la reciente invasión de Gaza por parte de Hamas el pasado 7 de octubre.
Este lunes la universidad anunció que se impartirán clases de forma remota, el día en el que se celebra la Pascua judía, por las preocupaciones de seguridad para algunos estudiantes judíos.
La criminalización persiste
Un grupo de estudiantes de la Universidad de Nueva York (NYU) están bajo vigilancia policial este lunes tras levantar un campamento en apoyo a los estudiantes de la Universidad de Columbia arrestados el pasado jueves por manifestarse contra la guerra en Gaza. Instituciones como el MIT y la Universidad de Brown tomaron medidas punitivas contra los estudiantes involucrados en protestas.
La Universidad Vanderbilt (Tennessee), por su parte, suspendió a una quincena de estudiantes y expulsó a otros tres, quienes ocuparon la oficina del rector durante varias horas. La Universidad del Sur de California suspendió el discurso en la ceremonia de graduaciones que debía pronunciar la estudiante musulmana Asna Tabassum, en vista de las tensiones entre estudiantes y docentes vinculadas a la guerra en Gaza.
En Yale, la respuesta también fue firme, con la detención de varios estudiantes tras una confrontación directa con las autoridades, lo que llevó a llamados a la calma y a la condena de cualquier forma de odio en el campus.
Estos incidentes no son aislados y representan una creciente polarización en los campus universitarios, reflejando divisiones más amplias en la sociedad estadounidense sobre el conflicto israelí-palestino. En respuesta, diversas voces dentro del ámbito académico y político están pidiendo un diálogo más profundo que aborde tanto las preocupaciones inmediatas en los campus como las cuestiones fundamentales en el corazón de este persistente conflicto.
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