Hay dolores que no terminan de sentirse; dolores sucios, dolores que vienen de lo roto, de lo lastimado, de lo dañado, de la pérdida, de la desesperanza, de la vida perdida, de la vida no apreciada por el entorno social en el que se vive.
Hay dolores provocados por el sistema, hay dolores provocados por el desamor, la desatención, la falta total de interés en el prójimo, en su presente y su futuro. Todos estos dolores y todo este sufrimiento no provienen de ninguna voluntad personal o de ningún error propio, todos tienen el mismo origen; es el egoísmo fundado en el interés del capital por adueñarse de todo y de todos. A ese y a sus defensores solo les interesa la ganancia a toda costa y usando cualquier medio.; así la guerra se convierte también en un negocio, siempre para la ganancia, no por la justicia ni la verdad, siempre para imponer el miedo sobre la verdad, sobre la razón y sobre la justicia para adueñarse de vidas, de voluntades, pero sobre todo de bienes materiales despreciando al Espíritu.
Así son todas las guerras, las que usan armas y las que no. Solo sé de algunas guerras que buscaron la justicia, los que conocen la historia las llaman Revoluciones. Muchos Pueblos que buscaban la libertad verdadera no tuvieron más camino que la sangre.
Existen otros que provocan los dolores, son los que defienden al explotador, son sus agentes, son los agentes del dolor y son los dueños del dinero y sus esbirros, que siempre quieren más dinero, más riqueza a costa del dolor y el sufrimiento de todos los demás y son profundamente soberbios y avariciosos.
La explotación del hombre por el hombre provoca que unos cuantos se adueñen del producto del trabajo de los demás y es el origen de todo este dolor de todo este sufrimiento.
México ha padecido estos dolores especialmente en sus jóvenes y en sus viejos, todos del campo y la ciudad. Los primeros, por fin empiezan a ser atendidos con más oportunidades de estudio, con el programa “Jóvenes Construyendo el Futuro” en el que pueden conseguir un empleo y su empleador los apoya en capacitarse en tanto el Gobierno paga su salario; es educación laboral pagada por el Estado. Para los segundos existe la “Pensión del Bienestar” que es apenas una ayuda, en especial para quienes durante su vida nunca tuvieron un empleo formal y no tienen posibilidad de tener una pensión.
Sin embargo, también existe un enorme grupo de adultos mayores que no tienen la edad para obtener la “Pensión del Bienestar” y que, en cambio, si podrían pensionarse a través del ISSSTE, el IMSS, o los institutos de éste tipo que existen en las entidades federativas de la República Mexicana, pero cuyas cotizaciones iniciaron después de 1997 o 2007, a pesar de tener recursos importantes en sus AFORES, tendrán pensiones hasta del 35% de su último salario. Sigamos el caso de una maestra de escuela privada que gana catorce mil pesos mensuales, tiene un ahorro de cuatrocientos cincuenta mil pesos en su AFORE, ha cotizado en el IMSS a partir de 1999, aunque trabajó en una colegio por tiempo completo desde 1996, pero aquel patrón despreciaba el servicio del IMSS y la afilió hasta 1999.
Para pensionarse, esta maestra no recuperaría ni un centavo de su AFORE, sino que se integraría a la pensión para recibir mensualmente menos de seis mil quinientos pesos, es decir menos del 50% de su último salario.
La gente como ella, tristemente abunda y los jóvenes nacidos en los 90 y después, están en la misma situación o incluso peor. Estos son dolores mayores y cada vez más generales.
La Reforma de Pensiones que está en estudio en el H. Congeso de la Unión, busca paliar estos terribles dolores y sufrimientos, pero a mi entender, sigue siendo limitada. Volver a la Ley del 73 y permitir que el trabajador que se jubila o se pensiona pueda hacerlo con el 100% de su último salario y recupere la totalidad de sus ahorros de la AFORE conservando la Pensión del Bienestar y recibiendo los incrementos en su pensión por encima de la inflación.
Esto último si podría aliviar el dolor de los jubilados, cuando menos en lo económico, porque los otros dolores, los del abandono, la soledad o los que va generando el deterioro y consunción del cuerpo, solamente la adecuada atención del Sector Salud podrá servir.
El tema de los viejos, solos y abandonados, debe ser ya una prioridad del próximo gobierno de la República, de acuerdo al INEGI, en México viven más de quince y medio millones de personas mayores de 60 años, lo que representa alrededor del 12% de la población total y muchas de ellas viven en soledad y abandono. Es un dolor persistente.
Sigue habiendo una cuenta pendiente para la 4T con relación a las pensiones, aunque de aprobarse la Reforma de Pensiones y esperando que el Poder Judicial no otorgue algún amparo a los agentes de los dueños del dinero, esta deuda estará empezando a pagarse. Falta mucho por hacer y la lucha sigue y sigue.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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