La manera en que una sociedad trata a sus locos
Karl Marx, El Capital.
es una medida de su civilización.
Dicho en corto y empleando palabras llanas para entendernos rápido, la oposición está vuelta loca. Esto es fenomenológicamente indiscutible; es decir, es algo que todos podemos percibir, una situación que resulta palmaria, innegable. Las declaraciones y el proceder de la mayoría de sus voceros y cabecillas resultan ya evidentemente demenciales.
Pedro Miguel posteó en X el martes: “La oposición está pasando de las recetas de Castañeda a las de Castaneda. Fuuuuuuuuu…” Me pareció, además de un tuitazo, un diagnóstico certero, sobre todo porque debo confesar que de golpe entendí mal: seguramente al Castaneda al que Pedro se refiere es Carlos, el autor de Las enseñanzas de don Juan, pero al leer el tuit a vuelo de pájaro decodifiqué así: “La oposición está pasando de las recetas de Castañeda a las de La Castañeda”, esto es, de las recetas de la guerra sucia pero sucia del excanciller Jorge G. Castañeda a las recetas del Manicomio General La Castañeda, el hospital para enfermos mentales más famoso de la Ciudad de México. Cuenta Juan Ramón de la Fuente que “En 1910, unos meses antes de que estallara la Revolución mexicana, el presidente Porfirio Díaz inauguró en los terrenos de la hacienda La Castañeda, en el sur de la Ciudad de México, el manicomio general”*, el cual, curiosamente, cerraría sus puertas en 1968, el año que marcó el fin del Milagro Mexicano. Por cierto, la primera edición de Las enseñanzas de don Juan es también de 1968.
Pero, bueno, una vez que caí en la cuenta de que la referencia que hacía Pedro Miguel era a Carlos Castaneda y a sus libros sobre sus aprendizajes con el chamán yaqui Juan Matus, pensando en la oposición el título que de inmediato retrotraje no fue el primero de la saga, sino el segundo: Una realidad aparte (1971). Porque, aceptémoslo, uno incluso está tentado ya a catalogar ciertos comportamientos como expresiones de trastornos psicóticos. Vale recordar que la psicosis es una condición en la que la persona pierde el contacto con la realidad, y sus síntomas pueden incluir tanto alucinaciones (percibir cosas que no están presentes) como ideas delirantes (certezas falsas que no se basan en los hechos fácticos) y discurso desorganizado. ¿Exagero? A ver, acabo de ver un video en el que el señor Pedro Ferriz de Con, septuagenario ex conductor de noticieros de televisión y radio, político y franco opositor al presidente López Obrador y la 4T, lanza la siguiente arenga:
— ¿Tú sabes cómo se mide y se describe a la oscuridad en la Física Cuántica? Como la ausencia de luz…
Paréntesis: ¡Qué cosas! Jamás hubiera creído que la RAE estuviera tan adelantada: ¡en su diccionario define igual oscuridad!: “Falta de luz para percibir las cosas”. En fin, Ferriz sabrá más que yo, él estudió ingeniería civil en la Ibero y Matemáticas Aplicadas en el Fleming College de Suiza. Sigue el también malogrado candidato a la Presidencia:
— Te quiero hacer un llamado a ti que eres mexicano y amas a México: busca la luz. Yo te pido que de aquí al 2 de junio de este año tengas una veladora encendida en tu hogar, porque el loquito de Palacio sigue haciendo brujería, invocando, por supuesto, a las bajas vibraciones de la oscuridad y de la brujería, Él sigue invocando para seguir teniendo poder; es todo lo que quiere, poder. Y todo lo que nosotros queremos es democracia y libertad, y todo aquello que nos permita tener iniciativa y poder ir en busca de nuestros sueños. Es lo que queremos para México… Pasa la voz: prende una veladora en tu hogar, y tenla prendida hasta que llegue el día de las elecciones, para que con esto nos opongamos con la luz y la fe al brujo de Palacio, que sí, llegó a tener el poder invocando las fuerzas del Mal.
Pedro Ferriz tiene 4.4 millones de seguidores en X. No tengo idea cuántos de esos sean bots, tampoco cuántos los sigan por morbo, pero de que son un montón son un montón. Supongamos que la mitad lo sigan porque comparten sus creencias… Si es el caso, la industria de las veladoras en México lo notará pronto. Eso sí, soy incapaz de determinar si las veladoras encendidas tendrán o no algún impacto en los resultados de las próximas elecciones, sobre todo porque Ferriz si bien conmina a sus seguidores a que “busquen la luz”, en ningún momento de su alocución los insta a salir a votar.
¿Es pertinente preguntarse si especímenes como Ferriz de Con están locos o se hacen los locos? Desde el punto de vista sociológico y también sociopolítico no importa mucho, en cualquier caso, el resultado es el mismo, puesto que su locura, actuada o verdadera, se manifiesta en conductas. Por lo demás, si realmente el señor ya perdió contacto con la realidad —como me temo ocurre con buena parte de la oposición—, quizá sea anosognósico, es decir, puede andar por la vida padeciendo episodios psicóticos sin tener la menor conciencia de su trastorno. Préndanle una veladora.
@gcastroibarra
- * “La enseñanza de la Psiquiatría en México”. Salud Mental 37:523-530, 2014.
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