Algún día de 1996. Su camisa blanca es de manga larga y en la bolsa se deja ver un bolígrafo. En la última década del siglo XX aún no están en boga los celulares, así que escribimos con plumas, memorizamos los números telefónicos y ejercitamos sencillas operaciones matemáticas haciendo uso de nuestro cerebro, no del Nokia y el BlackBerry, que entrarán a escena dentro de cuatro o cinco años. El joven político debe de redactar a mano los textos de sus libros… No sabe que en 2024 será autor de 20 libros. Andrés Manuel tiene 42 años, su cabello aún es oscuro y es el líder del éxodo por la democracia.
¿Cómo es Andrés Manuel López Obrador?
Soy un ciudadano que quiere un cambio democrático en el país. Tengo pasiones, pero también esgrimo razones, los tabasqueños somos eso. Somos razón, pero también pasión. Tenemos un propósito. Insisto: el que haya democracia en México. Estamos luchando por la vía pacífica, por los cauces legales… Nosotros ejercemos nuestro derecho a disentir a plenitud.
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“Estamos con un político de la oposición que ha dado mucho de qué hablar y que va a dar más de qué hablar todavía: Andrés Manuel López Obrador”. Estas palabras no son las de un clarividente sino del periodista Miguel Bonasso, luchador social en su país, Argentina, y destacado escritor que militó en el grupo guerrillero Montoneros con actividades de prensa.
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En ese momento ni el entrevistado ni el entrevistador saben que dentro de poco menos de tres décadas Andrés Manuel, ahora conocido por sus siglas como AMLO, será presidente de México, el mejor del que se tenga memoria.
Si bien nadie puede adivinar el futuro, quien esto escribe presiente que en los años venideros se terminará de echar al cesto de basura a esa casta de corruptos comandados (es un decir) por una mujer que todos los días deja ver su bajeza intelectual y moral. Fuerza y Corrupción por México debiera llamarse la alianza que encabeza.
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¿El bloqueo de los campos petroleros no era una medida muy arriesgada?
Es una práctica que se viene haciendo en Tabasco. Cuando se habla de invasiones, de tomas, de bloqueos había que analizar primero cuál es la esencia del problema, cuál es el fondo. Pemex irrumpió en Tabasco. Pemex ha invadido tierras en Tabasco. Ha entrado a terrenos propiedad particular, a terrenos ejidales, a terrenos comunales. Ha causado daño, ha contaminado tierras, ha contaminado las aguas, ha degradado.
Si hay un invasor en todo esto es Pemex. El director de Pemex era Jorge Díaz Serrano… Era la época en la que [según López Portillo] se nos dijo que íbamos a administrar la abundancia. Como recientemente el señor Salinas nos dijo que de pie cantáramos el Himno Nacional porque ya había terminado la pesadilla.
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17 de agosto de 1981. Sus largas patillas, su gran calva, su engolada su voz. El presidente José López Portillo lleva puesta la banda presidencial y un porte altivo. Parece que mira a todos desde lo alto. Y sí. Ahora, aparece sentado frente a un montón de hojas. Carmen Romano, todavía su esposa, lo mira fingiendo admiración. “Defendamos nuestro peso. Esa es la estructura que conviene al país [lo que sea que eso signifique]. Esa es la estructura a la que me he comprometido a defender como perro”, dijo. Y sí, los perros no saben de números, así que luego de declarar una moratoria, el peso terminó cayendo de 22 a 70 pesos por dólar. Después, con Miguel de la Madrid, quien resultó ungido por el dedo perruno, vendría lo peor…
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Tú estuviste en el PRI. Fuiste presidente del PRI en Tabasco.
Regresé a Tabasco durante la campaña a senador por el PRI del maestro Carlos Pellicer. Había un proyecto de crear un fideicomiso para apoyar a la zona indígena chontal, la zona más pobre del estado. Don Carlos tenía una colección de pinturas de José María Velasco valuadas en siete millones de pesos. La intención era vender esas pinturas para formar ese fideicomiso y apoyar a la gente más humilde del estado.
Le robaron los cuadros… amordazaron a su ama de llaves y se llevaron las pinturas. Se truncó este proyecto. Don Carlos murió al poco tiempo, y a mí me ofrecieron la dirección del Instituto Nacional Indigenista del estado. En Tabasco alrededor del 15% de la población es indígena chontal.
En el trabajo en las comunidades, con la gente, no había una filiación partidista. Lo que queríamos –asegura Andrés Manuel– era mejorar las condiciones de vida de la población marginal del estado. Después, Enrique González Pedrero nos propuso que trabajáramos para reformar al PRI en Tabasco.
¿Es posible reformar al PRI? La ironía se dibuja en el rostro de Miguel Bonasso.
No se puede. La respuesta es tajante.
Ahora, Andrés Manuel ha de pensar en lo iluso que fue entonces al pretender cambiar a ese partido autoritario. Únicamente puede revivirse a los muertos en las novelas góticas del siglo XIX.
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1991. Andrés Manuel camina y camina acompañado de decenas de personas, algunas con huaraches, y uno se pregunta cómo pueden soportar una caminata de mil kilómetros. Deben llevar los pies llagados, pero el honor está incólume. La coherencia y el valor son el sello de todos.
El joven de 40 es igual al viejo de 70. Su voluntad y su fuerza son inquebrantables. El joven que camina sin parar, el nacido en Macuspana. El viejo que está a ocho meses de concluir su mandato. Ambos están a años luz de aquella candidata que intenta bailar y no puede, que intenta agradar y carece de gracia, que intenta convencer y es falsaria, así firme con sangre las hojas en las que está escrito que hará lo que había dicho que no haría. ¿Pero cómo si los apoyos sociales que da este gobierno se llevan casi tres billones de pesos? ¿Cómo si los defensores de la vieja política no quieren dejar sus privilegios, como no pagar impuestos y sí emitir facturas falsas y efectuar negocios leoninos? Mientras el guion de la campaña de la derecha anuncia sin desenfado un gobierno de sangre y prisión, de sangre y fuego, de sangre y miedo, uno no puede sino pensar en quién será el presidente o la presidenta que habrá de relevar a Claudia.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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