La oposición se considera ofendida por la réplica cotidiana del Presidente, quien reacciona ante las mentiras o imprecisiones de los medios, que difunden con el único objetivo de desgastar y a veces, descarrilar al gobierno. Ellos quisieran que no hubiera mañaneras o bien que el Presidente callara ante al cúmulo de tergiversaciones de la realidad.
Para algunos la defensa de la verdad significa la polarización de la población y una afrenta con los periodistas, si así se les puede llamar a quienes no tienen el mínimo respeto por la verdad. Ahora, ante preguntas que están dentro de la agenda nacional, que no son ningún secreto, el equipo de la candidata de la oposición, cuestiona a los reporteros que asisten a su conferencia de prensa hasta el grado de intimidar a la prensa del país.
Luego de que el reportero Máximo Allende preguntara a Xóchitl Gálvez sobre el millón de dólares que utiliza cada semana en bots con la consigna de narcopresidente, narcocandidata, en cuentas falsas, a través de medio millón de tweets, el vocero de la mujer X, el baterista Max Cortázar, cuestionó severamente al periodista, preguntándole sobre su trayectoria profesional, le dijo que no le había parecido justo lo que cuestionaba y lo acusó de trabajar para la representación de Morena.
A pesar de la reiterad acusación de que el presidente no quiere a cierto tipo de periodistas, nunca Jesús Ramírez, ni nadie del equipo del Presidente, ha cuestionado al final de la conferencia sobre el origen profesional de quienes cuestionan las posturas del gobierno. Las cuales son bienvenidas y mejor contestadas. Nadie se molesta por críticas sino por la inestabilidad de los medios que basan su información en mentiras o supuestos que se construyen a partir de acuerdos previos con la intención de golpear.
La defensa de la libertad de expresión que dicen los opositores que no se respeta por el Presidente de México, no es un reclamo sincero, ni que sostengan con hechos, simplemente es uno más de los embates. Si en realidad defendieran la libertad de expresión no tratarían de coartarla intimidando a los reporteros que asisten a l conferencia de esa mujer, a quien ya no van a dejar entrar a dichos encuentros con la prensa, para depurar los medios que deben tener presencia en su conferencia, es decir, los medios afines y los reporteros a sueldo.
El vocero de la señora X, quien a dura penas terminó la secundaria, le pidió su número telefónico para enviarle la verdadera información sobre el tema sobre el que increpaba a la candidata. Si tuviera razón esa información la hubieran exhibido en la propia conferencia de prensa.
Se desgarran las vestiduras asociando el derecho de réplica con tentados a la libertad de expresión, si estas aclaraciones del Presidente no existieran la derecha ya hubiera dado un golpe de Estado con la complicidad de los medios convencionales que, a pesar de todo, todavía tienen público.
La censura contra los medios no existe en este sexenio, las muestras las ofrecen con claridad, quienes se ven en la necesidad de mentir para poder tener ingresos extras. De lo cual también hay evidencias. Max Cortázar tiene una larga experiencia en la censura, se dedicó a ello durante el sexenio de Felipe Calderón, y también hay pruebas de esto.
La derecha no puede hablarse y menos aún indignarse, de censura, de intimidación de agresión o polarización, ellos muestran mayor autoritarismo desde los ensayos de poder, como sucedió el viernes 23 de febrero, con el reportero Máximo Allende, de Subjetivo, a quien prácticamente amenazó Max Cortázar, para quien cualquier expresión de inconformidad con su defendida, es pagada por Morena, el presidente o la 4T. estrategia tan burda como pueril.
El inquisidor de la prensa le dijo a Máximo allende: “Te excediste, te excediste”. Esa es la libertad de expresión que defienden los conservadores. Situación que nunca ha ocurrido en las mañaneras de Palacio Nacional, por fuertes que sean las recriminaciones. Una cosa es reprimir y otra el derecho de réplica.
La candidata de la oposición rebasó con mucho los gastos de campaña con este millón de dólares semanales, provenientes del extranjero, y descalificó las actividades del INAI, diciendo que el daba flojera tanto requisito para dar a conocer quién pagó los gastos de la candidata a Europa, conceptos suficientes para ser destituida como candidata por el INE, incluso para dejar sin candidato a la derecha, pero para ellos no hay delito, aunque le haya quitado la candidatura a Félix Salgado a la gubernatura de Guerrero, por no comprobar 19 mil pesos.
Nadie puede decirse sorprendido por el autoritarismo de la derecha, que tiene como sus prioridades acallara a la prensa, intimidar periodistas, a amenazarlos, cerrar medios. La acusación de censura para los conservadores no es otra cosa que cambios de medios de algunos de ellos, es decir, pasaron de un medio a otro, cambiaron de empresa o pusieron la propia, gracias a los mercenarios que pagan por golpear a la 4T, con la condición de que sigan tratando de desestabilizar al gobierno.
Hasta el momento no hay casos como el de Gutiérrez Vivó o de Carmen Aristegui, censurados por sugerencia de Cortázar, durante el sexenio de Calderón, donde un funcionario público exige al medio o cerrarlo o despedir la voz incómoda.
Adjudicar a un pago del partido en el poder todo cuestionamiento a la oposición es desconocer a la población, la realidad, el periodismo y la democracia. El viejo refrán de que si no están conmigo estás contra mí, deja afuera la voluntad popular de expresiones auténticas de los mexicanos. Por eso no ganan. Nadie que desconozca la expresión de la gente puede tener arraigo en la población y menos aún creer que puede triunfar en las urnas.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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