El tema de hoy continúa desde una perspectiva comparativa de las relaciones de producción entre dos tipos de docentes de educación básica y media superior.
En principio, quienes están contratados por el gobierno federal y los gobiernos de los estados, tienen la protección de uno de los sindicatos más poderosos del continente, aunque dividido por la CNTE que existe como producto de la corrupción y entreguismo de los antiguos dirigentes del SNTE, sigue siendo muy fuerte aunque no aparece tan comprometido con la educación popular, en tanto que la Coordinadora siempre presenta una fuerza revolucionaria, aliada a las causas populares y a la formación que respeta y propicia la solución de problemáticas sociales, al mismo tiempo que sus agremiados se forman para crear en los estudiantes mentalidades críticas, solidarias, pensantes y honestas.
Todo este gremio admirable, empieza a ser reivindicado por la Cuarta Transformación de la Vida Pública de México, su salario y por ende la mayoría de sus prestaciones, son iguales o mayores al salario promedio de los derechohabientes del IMSS. En este sexenio se avanza rápidamente a la basificación de todos ellos, lo que les da una seguridad laboral casi sin paralelo en México, lo que es casi un privilegio entre los docentes del país.
Entre los maestros de las escuelas públicas existe una postura que refleja esperanza, por tanto, es también un aliciente para sus estudiantes y para las familias. La Nueva Escuela Mexicana y los Libros de Texto Gratuitos representan un gran avance para la preparación que merece cada persona en México.
Por el otro lado, están las casi 45,000 escuelas con casi medio millón de docentes de acuerdo con los datos publicados por EDIFICE, que analiza el “mercado educativo” en nuestro país.
Este grupo de docentes generalmente están aliados a las posturas de la derecha y forman a quienes son parte de las clases privilegiadas, aunque existen algunas escuelas con tendencia a trabajar en favor de los cambios que se presentan a partir de la Nueva Escuela Mexicana y se comprometen con la transición pacífica en favor de las causas populares y con la 4T.
Las enormes desventajas de los docentes de estas instituciones son muy variadas, pero el análisis debe partir de las relaciones de producción con sus patrones: en principio no tienen seguridad laboral, pues son recontratados al terminar cada ciclo escolar para el siguiente, sus salarios y prestaciones, cuando las hay, siempre están por debajo de quienes laboran en el sector público, no tienen ninguna protección sindical y al menor intento de organizarse con sus compañeros y colegas, son despedidos, lo que produce que al demandar, además de tener muy poca oportunidad de ganar, sean indizados y no vuelvan a ser contratados por ninguna escuela privada.
Aunque un buen número de colegios con altos niveles de calidad académica tienen excelentes instalaciones y apoyo tecnológico de primer orden, en la inmensa mayoría de los casos los salarios son muy bajos, por hora y nunca con un contrato definitivo de trabajo, desde luego hay algunas excepciones notables y loables, son estas escuelas son las que tienen un mayor compromiso con un trabajo honesto y correcto que favorece la conciencia y rectitud de sus estudiantes.
Todos los trabajadores de colegios privados están en completo estado de indefensión frente a sus patrones y ni viendo cómo los lastiman en sus percepciones y seguridad laboral, son capaces de organizarse y luchar por mejorar sus condiciones y esto solo lo hacen de manera individual, aunque a veces tengan que pasar por encima de sus propios compañeros y colegas.
El personal de los colegios privados no está recibiendo los salarios de los que están contratados por el Estado. En la mayoría de los casos, no están inscritos al IMSS, no están afiliados al INFONAVIT, no tienen AFORE, ni ninguna prestación o seguridad laboral. En la mayoría de los casos reciben entre 60 y 80 pesos por hora y nunca, en ningún caso, reciben pago de tiempo extra.
Todos los docentes del país trabajan por más tiempo del que permanecen en la escuela, siempre tienen que llevar trabajo a casa, por eso su profesión se convierte en un apostolado. Hasta hoy, no conozco a ningún maestro que no se preocupe por sus estudiantes y de un modo o de otro intente ser algo de luz en la vida de ellos, incluso cuando el propio maestro vive sumido en alguna clase de obscuridad por la falta de ingresos o alguna otra causa.
Los maestros de México, son héroes sin capa, los de la educación pública porque las escuelas tienen carencias de muchos tipos, que empiezan a subsanarse con el programa “La escuela es nuestra”, que, dicho sea de paso, resulta genial y evita mucha corrupción, los de la educación privada porque enfrentan cotidianamente la sobreexplotación y la constante amenaza de perder el trabajo si no concuerdan con la ideología de derecha imperante en esas escuelas, en las que la libertad de pensamiento de las mentes juveniles y de los docentes debe ser suprimida, reprimida o rechazada, so pena de perder el empleo o la plaza educativa.
Los maestros de las escuelas privadas tendrían que crear sus sindicatos o afiliarse a los existentes para tener algún grado de protección y para que sus derechos laborales sean respetados, además de que sus salarios y prestaciones sean, cuando menos, iguales a los de los que trabajan en la educación pública, o superiores a los mismos. Ojalá que la 4T pueda intervenir en favor de ellos.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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