Causó mucho revuelo en últimas horas la aparición de 2 “investigaciones” periodísticas que tuvieron en común, un mismo objetivo: el presidente de México. En las columnas que aparecieron publicadas por DW y PROPUBLICA, se habla palabras más, palabras menos, del supuesto apoyo monetario que recibió el entonces candidato mexicano de izquierda a la presidencia de la república en 2006, por parte del crimen organizado, sin que hayan demostrado sustento que confirme dichas afirmaciones.
En otros tiempos, en que las agencias extranjeras dirigían los hilos conductores del destino de un país como México, gracias a la venia otorgada por los gobiernos en turno, dichas columna habrían caído como bomba, después del manejo y manipulación que hacían los medios preponderantes de la época. Esto hasta hace unos años, concretamente hasta 2018. Y es que no existe manera de olvidar que en los años en que se circunscribe la investigación realizada por la DEA hacia el candidato López Obrador, Vicente Fox era presidente de México, el mismo que usó su poder para desaforar al entonces jefe de gobierno del Distrito Federal y llevarlo a la cárcel; un Fox que no tuvo escrúpulos durante su mandato y que quería ver preso al dirigente de izquierda, quien para ese entonces no contaba de ninguna manera, con el apoyo que hoy en día tiene y a quien fácilmente podrían haberse quitado del medio. Además, cabe recordar que, en aquel entonces, el mandatario del DF, no era digno de la empatía del gobierno de los Estados Unidos. ¿Qué tan difícil hubiera sido quitarlo del camino con intervención de un entreguista Fox?
En su conferencia de prensa mañanera, (le decimos así a pesar de los pesares de un Lorenzo Córdova venido a menos, by the way), el presidente señaló que se trata de una estrategia política de golpeteo mediático que, sabe repercutiría en la campaña electoral estadunidense, con miras a la contienda que se celebrara entre un debilitado Joe Biden y Donald Trump, ávido de recuperar el poder. Sin embargo, dentro de México, quienes dirigen esta campaña mediática olvidan considerar que golpear al presidente es golpear a los mexicanos que lo apoyan, incrementando el rechazo de esos a quienes generan dicha estrategia política, también con miras a las elecciones federales a celebrarse en nuestro país este año.
Recordemos además que ya antes se insistió en una estrategia similar. En el juicio contra García Luna, su abogado trató de involucrar a AMLO con una supuesta entrega de dinero que habría obtenido por parte del Rey Zambada, algo que este último finalmente desmintió, dejando en ridículo las calumnias que quería provocar el legista del otrora súper policía de Felipe Calderón.
También surge otra verdad y es que, a través del tiempo y los medios, se nos “enseñó” que toda información que proviene de las instituciones de los Estados Unidos, debe tener un carácter de “irrefutable” y fue solo con el paso de los años que muchos terminamos por abrir los ojos, para poner en tela de juicio dicha información y considerarla no solo irrefutable sino, de acuerdo con los tiempos electorales en aquel país, hasta sospechosa. Por este tipo de uso y manejo de datos, la gente que antes apoyaba a Anabel Hernández o Carmen Aristegui, dejó de confiar en ellas.
Si de un apoyo monetario por parte del Cártel de Sinaloa se habla, para que el ahora presidente les dejara actuar con plena libertad, no se hubiera luchado para capturar al hijo del Chapo y además de ello, extraditarlo para su juicio en los Estados Unidos, además de que en el juicio de Guzmán Loera, no hubieran tenido fin las declaraciones de ese tipo, en lugar de salpicar al expresidente Calderón, quien se encuentra refugiado en España, al cobijo de la ultraderecha de ese país.
Lo cierto es que el nombre del presidente pesa, aunque no vaya a estar en las boletas, ni sea ciudadano estadunidense; sus adversarios políticos han hecho hasta lo imposible desde hace más de 20 años para desacreditarlo y hubiera bastado que una sola de las investigaciones en su contra a lo largo de todo este tiempo fuera cierta, para que desde mucho antes lo hubieran convertido en ejemplo de todo lo que está mal de los líderes de izquierda, de acuerdo a la torcida moral norteamericana y a los conservadores en nuestras fronteras.
Y a propósito de tantas pesquisas a las que se ponen atención en los medios, valdría la pena saber si las agencias de Estados Unidos siguen el curso de lo declarado por distintas fuentes y testigos en el caso de García Luna, sobre su jefe inmediato. Esa sí sería una investigación comprometida con el interés público y el servicio a los ciudadanos (sic). El tiempo lo dirá.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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