Es muy interesante observar que parecen recurrentes los eventos que pasan en la historia de la humanidad. Chile ya ha experimentado las políticas neoliberales y de privatización impulsadas por gobiernos autoritarios como el ejercido por el gobierno de Pinochet y sustentados económica y políticamente por una ideología neoliberal apoyada por el Departamento de Economía de la Universidad de Chicago, o más específicamente, del grupo de economistas chilenos mejor conocidos como los “Chicago Boys”.
La estrecha relación entre economía y política ya la hemos resaltado en entregas previas, no son nuevas y tienen una larga data. La economía ha obedecido a políticos corruptos y la política se ha manejado por economistas tecnócratas neoliberales que han sustentado y fundamentado los actos de corrupción, primordialmente con sus tecnicismos que sólo ellos entienden y que ya engarzados los hacen pasar como “teorías” geniales que nada explican y poco a portan al pensamiento económico serio. Uno de estos payasos economistas fue Milton Friedman, un economista que es considerado como el padre del monetarismo y que sostenía, entre otras cosas, que el manejo de la economía se determinaba por el control monetario.
La Teoría Monetaria pudo haber sido interesante en su momento (por cierto un momento de crisis en la Teoría y el Pensamiento Económico), sin embargo, el trasfondo de su aplicación con el paso del tiempo le dio una fama desmedida a Friedman y paso de ser un simple economista a un operador político con poder intervencionista otorgado por los Estados Unidos que le permitió llevar a cabo, por un lado, su doctrina económica a todas las universidades y escuelas de economía del mundo y por otro lado, su doctrina política a países en desarrollo que deseaban implementar gobiernos neoliberales, pequeñas dictaduras o democracias simuladas.
Friedman no impulso solo esta campaña de economistas deplorables o mejor conocidos como economistas liberales, lo llevó a cabo de la mano de la Escuela Austriaca y más recientemente de la Escuela Neoclásica. Economistas colocados en puestos clave de las principales universidades del mundo, con una supuesta autoridad en la materia, se encargaron de difundir y diseminar este pensamiento dando por hecho que sus propuestas de política económica eran exitosas. Por ejemplo, resaltaban como logro el control de la inflación, pero omitían decir que estas medidas habrían cobrado vidas humanas por causa de la represión. También, por ejemplo, controlaban los salarios bajos con el pretexto de que un aumento al salario provocaría una mayor inflación y por décadas, para el caso de México, mantuvieron una política de salarios miserables que a la larga afecto el bolsillo de los mexicanos y los empobreció perjudicando con ello su poder adquisitivo.
Son este grupo de economistas, aunque con un poco de camuflaje, los que privilegiaban el crecimiento por encima del desarrollo o como antesala necesaria del mismo, aunque lo que ocultan realmente es que el crecimiento lo impulsaban porque beneficiaba a las grandes empresas y a los más ricos y perjudicaba al grueso de la sociedad y en mayor medida a la clase trabajadora. Es este grupo de economistas que ha llevado al mundo al punto de mayor desigualdad y concentración de la riqueza en pocas manos, economistas que dirigen países, ministerios y secretarias y que tienen como prioridad mantener el estatus de una cierta clase privilegiada política y económicamente sin importarle el pueblo, ni la clase baja o la gente más pobre de su país o del mundo en general.
Ese grupo de economistas ahora con la bandera de una supuesta “libertad” va engañando al mundo, con tecnicismos económicos que los hacen ver como eruditos, pero que lo que realmente ocultan es su ignorancia por la sociedad, que se escudan en modelos sofisticados y matemáticas complejas para poder sostener una sarta de mentiras que llevan dentro de sí una política dañina para la humanidad. Estos economistas que hoy son financiados por organismos internacionales, que se colocan en universidades privadas (como el ITAM en México o la Torcuato Di Tella en Argentina) y que desde ahí difunden sus engaños, van avanzando poco apoco de la esfera política a la económica y viceversa, se retroalimentan, generan redes y se protegen entre sí, se colocan ellos mismos, incluso pueden llegar a cooptar ministerios de gobierno como si se tratara de un negocio familiar de egresados de esas universidades y como si los egresados de estas fueran los “más aptos” para el puesto, colocándose en las productoras de gente inmoral.
Pues es de esta camada de la que viene al que yo llamo “el Cantinflas Milei”, pero que también es conocido como el “gatito mimoso” del poder económico, o el “Peluca Milei”, toda una Rock Star entre la farándula de falsos economistas y que al día de hoy es presidente de la Argentina. Milei cumple con todos los requisitos de todo gobernante miserable: corrupto, hipócrita, neoliberal, falsario e ignorante. Es fácil ver que es un producto chatarra resultado de una campaña de publicidad y propaganda en redes que caló en lo profundo de la población argentina, una población por demás analfabeta en temas económicos, que padece un analfabetismo provocado desde el propio poder, es decir, que hoy la ignorancia y manipulación de los argentinos ha llevado al poder a algo más o menos parecido a un monstruo.
Milei es resultado no solo de una ignorancia económica que sus gritos y pataleos engañaron a más de uno, resultado también de una crisis política y un desgaste del peronismo en la Argentina, particularmente de los fundamentos del peronismo, también por gobernantes que, simulando una izquierda, pensaban, actuaban y vivían igual o mejor que la gente de supuesta derecha, esta distinción con el paso del tiempo se fue haciendo más tenue y con la llegada de una nueva generación, más joven y también ignorante de temas económicos le dieron paso al monstruo de Milei.
Pero ahí no acaba el asunto, otro factor de importancia lo jugó los medios de manipulación (no de comunicación) que envuelven al pueblo de Argentina por décadas, personajes que gozan del arte de la mentira y que dominan y malversan la opinión pública del pueblo hermano de Argentina, tal como lo hace Jorge Ramos en Estados Unidos desde UNIVISIÓN o tal como lo hace Fernando del Rincón en Perú desde su medio de manipulación CNN o Loret de Mola en México desde Latinus, etc. Los medios han jugado un papel crucial en este engaño, son ellos los que han tejido la red y los que le han amarrado la venda en los ojos a los argentinos y argentinas, que ya desde antes padecían una vida poco menos que indigna.
El otro elemento importante de la ecuación es el FMI, el rey de todos los elementos que juegan en contra de la Argentina, casi equiparable a Jorge Macri o Luis Caputo, que no han sido más que los gerentes del poder, los empleados del FMI que obedecen a intereses privados y extranjeros, que son unos antinacionalistas, vende patrias y que ha usado al pueblo de Argentina para amasar riquezas multimillonarias para ellos y para sus jefes en el extranjero. No son todos los jugadores, hay otros que están ocultos, en la banca, y que están también detrás de todos estos desastres, que operan en el anonimato pero que sin duda obedecen a intereses de las empresas transnacionales y que han minado la soberanía argentina y buscan permanecer en ella con la mísera estrategia parasitaria con la que se han establecido desde un inicio, extrayendo riqueza y explotando y pagando sueldos miserables a los argentinos.
Todo este equipo antes descrito es el que ha conspirado contra el pueblo hermano de Argentina, y si el lector me lo permite hacer una analogía con el futbol, Milei sería un cambio de jugador a medio partido que el pueblo de Argentina realizo lleno de esperanza de por lo menos conseguir algo mejor que el gobierno anterior, pero los engaño, Milei siempre ha jugado a favor del equipo contrario, siempre ha estado financiado por el equipo contrario y su ideología política y económica siempre ha estado del lado de la casta, de manera servil no ha sido más que el cachorro del poder. Una vez que han visto la primera jugada al minuto diez, que una vez que entra Milei se va a estampar con todo y balón a la portería de la Argentina de manera traicionera (pero simulada), que con su caminar bobo y patético entra a la portería de la Argentina, se puede ver como el pueblo se desmorona y a manera de ola van resistiendo el paso de una inflación duplicada, incremento en los precios de los alimentos y medicinas, la caída de su poder de compra que no les alcanza ni para el alquiler o para llevar a la familia al médico.
Todo sube, como esa ola que se hace en los grandes estadios, se oye ese estruendo de llanto, de lágrimas y desesperación de los padres de familia que no les alcanza, que no le pueden dar una vida digna a sus hijos, que no se pueden auto sostener y necesitan endeudarse, pedir ayuda de todas partes, hasta de sus hijos. Esa ola de inconformidad y de angustia también es coreada por los jubilados que ven su pensión menguada, cortada con esa sierra maldita de la indiferencia, la sierra de Milei, también los enfermos que no pueden comprar una caja de medicamentos completa y la compran por partes o por piezas, también ese malestar e indignación se suma a las mentadas de madre en contra de Milei, el que supuestamente sería el jugador estrella.
Ante tal sorpresa, imagine usted que Milei se ríe de forma estúpida como es su costumbre y promete una mejor Argentina en 35 años o más, una cantidad de años en los que probablemente la mayoría de los que lo votaron no vivan o no tengan las fuerzas para reclamar una promesa fantasiosa y nuevamente falsa de Milei, les hace una nueva oferta “compre sufrimiento hoy y goce del paraíso en el mañana”, ese paraíso que nunca llegará porque Milei es un infeliz mentiroso, esa es la verdad.
Algunos en las gradas mueren del llanto, otros se rasgan las playeras, otros más se toman de los cabellos y se arrepienten de tan malas decisiones en las urnas. Otros tantos saltan al campo de juego y quieren detener el partido, pero no es nada fácil, Milei tiene de su lado al poder militar y de seguridad policial, y esta injusticia o traición irá acompañada siempre de la represión y la represión de muerte y la muerte de sufrimiento. Esto es lo que trajo Milei a la Argentina, un personaje ocurrente, artificial, sin historia y que de forma coyuntural brota como la mala yerba porque encuentra el caldo de cultivo adecuado del de donde nacen los dictadores como Pinochet o como Hitler. ¿Qué pasará con el pueblo argentino? Se paró el reloj por un momento, pero el juego tiene que continuar, todos los días comen los argentinos y las ratas que ahora están en la casa rosa tendrán que salir a la sociedad algún día a darles la cara, de frente y no desde Tik Tok.
El supuesto León, no es más que un simple gato del poder. El supuesto economista no es más que un farsante, el jugador estrella del equipo de Argentina, no era más que un traidor, con la camisa albiceleste, pero con las letras grabadas del FMI en su piel y en su cerebro. Ya no se escuchan esos estruendos gritos del desesperado Milei que a falta de la razón ocupaba la imposición de una visión rancia y arcaica como la de la economía austriaca.
Eso sí, la experiencia de Argentina deja claro que la humanidad y la historia se encuentra siempre en un péndulo, México ya paso por esas penumbras y a un minuto del estallido social busco su soberanía, como lo harán los argentinos, entre todos, con todos y todas los argentinos y argentinas, no sólo los que ellos llaman “argentinos de bien”. Ya no hay espacios para los hombres únicos, los que yo llamo hombres-país o mujeres-país, tal como un Messi, no señores y señoras, Messi no es la Argentina, la Argentina es mucho más que un jugador, Messi al igual que muchas figuras deportivas solo han sido un instrumento del poder para virar la atención a lo menos importante, para ponerle un velo a la tragedia nacional, para sentirse orgulloso por un solo argentino mientras que el país entero se desmorona, un Messi que ni siquiera vive en Argentina.
Por ahora no veo a un Messi o al equipo de la selección regresándole un poco de sus millones al pueblo de Argentina que muere de hambre, ese pueblo al que se deben y al que le deben toda su fama y su fortuna, no veo a los artistas o incluso a las universidades publicas salvando al país, todo es un hermetismo, todos se han quedado callados, todos menos el pueblo de Argentina que sale a la calle, que se agrupa en las juntas barriales y que hoy más que nunca debe mirar muy bien a sus jugadores y a su equipo, y saldrán adelante como nación, unidos, con algunas bajas, con algunas infracciones, con lesiones y desgastados, pero saldrán adelante esa es mi fe y mi profundo deseo porque nadie, ningún pueblo del mundo se merece estar en manos de un gobierno neoliberal que encarna el mal y deja desgracia a su paso.
Dios está con el pueblo de Argentina porque su propósito es noble y no meramente barato y vulgar por dinero como el de la casta, sino porque desean con el corazón una Argentina mejor, una Argentina no como la de finales del siglo veinte tan añorada, sino una mucho mejor Argentina digna de los argentinos del futuro, eso es lo que se juega en esta partida, el futuro de los argentinos del presente.
Mi abrazo fraterno al pueblo hermano de Argentina y esta analogía no busca herir susceptibilidades sino aclarar un mejor entendimiento de la situación económica, social y política de la Argentina que se vive en estos momentos. Este escrito es en especial para mis estudiantes argentinos de grado y posgrado del que me he nutrido de sus charlas, comentarios y experiencias y con los que sufro a la par con ellos su sentir por el daño que le han hecho a esa hermosa patria que es la Argentina.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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