La Casa de Atención Ciudadana de la senadora morenista por Guanajuato Antares Vázquez Alatorre se ubica en una colonia que en su momento fue la más aristocrática de León y que hoy ha venido a menos, aunque sin perder su exclusividad.
El portón de la casa siempre está cerrado a piedra y lodo. Si alguien toca a la puerta, preguntan desde adentro, sin abrir, y cuando por fin se deciden a atender al visitante lo hacen asomándose misteriosamente por una mirilla para verificar que no se trata de un ataque terrorista contra la senadora.
Se sabe que ahí atiende Antares Vázquez –no en persona, claro está, porque nuestra representante se encuentra en el Senado disputando jocosidad y media con Lily Téllez- porque lo anuncia una polvorienta lona publicitaria.
Adentro, una recepcionista informa que ahí se prestan servicios de asesoría jurídica y psicológica, aunque por el momento no está la psicóloga. La casa está vacía, fantasmal. ¿Será esa una posible explicación para que su 5º. informe de actividades, publicado en X el 24 de noviembre, cuando Antares buscaba la coordinación de Morena en Guanajuato, sólo muestre 2,322 reproducciones, 292 me gusta y 95 reenvíos, además de cuatro fotos que evidencian escasa asistencia de participantes https://twitter.com/AntaresVazAla/status/1728236405401493562?ref_src=twsrc%5Egoogle%7Ctwcamp%5Eserp%7Ctwgr%5Etweet? Tan lejos de la gente y tan cerca de Twitter.
El presidente López Obrador ha asegurado que abandonará la escena pública una vez que termine su mandato. Y no hay ninguna razón para no creerle. Nada de maximatos, nada de poder detrás del trono, nada de consejero áulico. Fiel a sus convicciones y con plena confianza en la capacidad política de un pueblo por fin despierto, AMLO dejará que Morena continúe su camino. Y que el partido llegue hasta donde y como quiera llegar.
Habrá muchos asaltantes olfateando los puestos públicos, habrá una “cargada” de malhechores, vividores, cínicos, sinvergüenzas, aventureros y “chapulines” sumados al movimiento por la posibilidad de roer un “hueso” político: seguidores de Ricardo Monreal, bloqueadores y chantajistas aplaudidores de Marcelo que se conciben a sí mismos como una espectral segunda fuerza dentro de Morena, diputadas que llorando y emberrinchadas se despidieron ayer de Morena y que hoy se levantaron temprano para formarse en la cola de las inscripciones a la repartición de “huesos”. “Ambiciosos vulgares” que van por el cargo y no por el encargo.
Morena, como lo evidencia el ejemplo con el que inició este artículo, parece más una agencia de colocaciones que un partido político que atienda las necesidades de la gente. Como si lo primero y casi único fuera conseguir el puesto, que voten por mí los que creen en Andrés Manuel y luego que se vayan a recoger verdolagas, al cabo ya conseguí lo que quería.
Ya sin Andrés Manuel, el partido deberá cuidarse de estar siempre cercano a la gente para acompañarla en sus necesidades para no verse rebasado por el pueblo al que dice representar. Brindarle la orientación a quien se acerque y no despedirlo con un montón de propaganda que se irá derechito a la basura, empezando –y mucho habrán de perdonarme- por los soporíferos rollos teóricos del recién fallecido filósofo Enrique Dussel que nada le dicen al ciudadano de a pie, al ciudadano raso que se desloma en la fábrica de calzado o en la recolección de brócoli o echando “colados” en la obra.
Sin López Obrador como guía aunque sí como ejemplo, Morena deberá actuar como un partido que encuentre su fuerza y su motivo de ser en la atención a las causas del pueblo, las que sean aunque sean pequeñísimas, aunque no coincidan con los tiempos electorales ni jalen votos a la causa.
Que lo despidieron injustificadamente del trabajo sin darle su liquidación. Que no sabe integrar un expediente para solicitar un crédito ante el Infonavit y debe pagarle a un “coyote” cinco mil pesos para que lo haga por él. Que la persona no existe porque no tiene acta de nacimiento, ni nunca fue a la escuela, ni tiene credencial para votar, como algunos pobladores de San Juan de Abajo, en León, código postal 37864, donde sólo el 18.93% de la viviendas cuenta con agua entubada, existe un analfabetismo de 6.44% y un grado de escolaridad promedio de 6º de primaria, lo que los condena desde la niñez a ser chalanes en la fábrica o a la enfermedad de las adicciones o de plano a la delincuencia. ( https://mexico.pueblosamerica.com/i/san-juan-de-abajo-3/#fotos). Pongámoslo de otra forma: es la gente que no acudirá nunca a la Casa de Atención Ciudadana de la senadora Antares Vázquez.
No son muchos votos, pero es lo que debe hacer un partido de izquierda.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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