Están que no los calienta ni el sol, echan espuma por todo y con todo. No logran articular algún punto de acuerdo, en lo que sí están totalmente de acuerdo, es en estar en desacuerdo con todo lo que huela a 4T, así de enredado pero así de claro.
El coraje que tiene toda la oposición es que SABEN PER-FEC-TA-MEN-TE QUE ELLOS TUVIERON EN SUS MANOS EL PODER, Y SÍ, EL CONTROL DE PODER REALIZAR MAGNAS OBRAS a lo largo y ancho del país, PERO NO LAS HICIERON. SE ROBARON EL DINERO, NO HICIERON NADA EN TANTOS AÑOS de gobiernos neoliberales y ahora, la envidia es la que los corroe, los supura, los envilece, los aturde, los domina. Saben que pudieron haber hecho cosas grandiosas por todo el territorio nacional, tuvieron un lienzo para diseñar, pintar y e-je-cu-tar grandes proyectos pero no, lo único que les importaba era saquear al país y saquear al pueblo, dejando al borde de la inanición muchos lugares.
Aún como oposición, también tuvieron en sus manos la oportunidad de ser UNA OPOSICIÓN DIGNA, pero NO, se dedicaron a estorbar, a oponerse, a truncar a cualquier costo, el desarrollo que buena falta le hacía al país. Tener desarrollo económico, distribuir la riqueza que dio el turismo, redistribuir y reinvertir los ingresos en la nación, los inmensos ingresos de las ventas de gasolinas en los sexenios panistas.
La oposición sabe perfectamente que con tantas obras que se han realizado a lo largo del sexenio perdieron toda cordura que no los deja ver lo que el pueblo pedía: trabajo, desarrollo, progreso, distribución de las riquezas, salir de la pobreza, y, aún, teniendo enfrente la solución, nunca quisieron trabajar en favor del progreso del país. Al contrario, pensaron que el pueblo nunca se levantaría harto fastidiado de sus miles de promesas sexenales que nunca, nunca, nunca cumplían y muy al contrario, SÓLO se dedicaron a saquear, a robar, a exterminar al pueblo, a la tierra, a los recursos.
Ahora, el presidente les ha demostrado, contra viento y marea que sí se puede, CON UNA VOLUNTAD FÉRREA A PRUEBA DE TODO Y CONTRA TODO que sí se podía. Claro, se requerían miles y miles de horas dedicadas al trabajo, miles de horas dedicadas a la atención y seguimiento de todo, miles de horas de tensión y atención a cada detalle de lo que sucedía y sucede en el país, era mucho pedir para una clase política a la que le gustaba la buena vida, una clase política acostumbrada a los lujos, a pasear por todo el mundo, a no ensuciarse, a no sudar, a no cansarse ni mucho menos a agotarse; una clase política a la que le gustaba sólo mandar, ordenar y a que se atendieran sus órdenes, sin chistar, aunque esas órdenes fueran en detrimento de nuestra gran nación.
Ahora, el Tren Maya y tantas y tantas obras que se hacen, TANTAS OBRAS QUE ABANDONARON LOS GOBIERNOS PASADOS Y QUE SE TERMINARON en este sexenio, hospitales, carreteras, caminos, es lo que los trae totalmente desquiciados.
Ahí va el Tren Maya con cerca de mil quinientos amparos para que no se realizara, un poder judicial que aprobó cuanto amparo les solicitó sí, efectivamente esa oposición que ni lo hizo ni lo aprobó.
SE COMPRÓ UNA REFINERÍA en Estados Unidos y se les empezó a dar mantenimiento a las seis refinerías que ya tenía nuestro país (Minatitlán, Cadereyta, Madero, Salamanca, Salina Cruz y Tula) y que conforman el Sistema Nacional de Refinación, que en todo el periodo neoliberal se dejaron caer, se abandonaron y algunas se pararon para facilitar su desmantelamiento.
Tantas y tantas acciones y decisiones que se realizaron y se seguirán realizando en este gobierno. Ahora vemos un Tren Maya corriendo a la velocidad que el presidente traía en acciones, en actividades, en decisiones, una velocidad que el país requería y necesitaba y que, a la oposición cansada, cansada, cansada muuuuuy cansada nunca logró levantarse para estar a la altura de las circunstancias y del cambio que estaba sucediendo en el país.
En fin, nunca entendieron y se dedicaron a gritar, sin entender que los gritos alejan, los gritos aturden, y ni ellos se entendían con tanto grito.
Y por eso, ahora están perdidos, en la lona, en el suelo y ahí seguirán mientras no entiendan que el pueblo cambió, despertó, se politizó y ahora no quiere regresar a aquello que tanto lastimó a nuestro país. Y la velocidad del tren es una alegoría a la prisa que tiene el pueblo, el país y la 4T por seguir en la transformación.
Y lo dicho, ellos no harán otra cosa más que estorbar.
Disgregando
1
No tienen algo de qué sentirse orgullosos, no tienen una campaña estructurada para proponer un plan nacional de desarrollo del país, no tienen precandidatos o candidatos dignos de dar la batalla, no tienen propuestas, bueno, no tienen ni unidad, pero eso sí, están muy felices y unidos con el triunfo que se dio este fin de semana en el país del tango. Lo sienten, lo sintieron como suyo, les supo como a victoria propia, a un respiro, sin ver la enorme contradicción que significa el proyecto de nación del ganador de aquel país contra lo que han “delineado” para México, y contra lo que REALMENTE NECESITA MÉXICO… de verdad que andan perdidos.
2
Siempre me pregunto por qué los medios convencionales están tan enojados. Entrevistan a los precandidatos de la oposición y no tocan temas incómodos, los procuran, los apapachan, los cuidan. Entrevistan a los precandidatos de la 4T y se ponen como energúmenos. Pareciera que los primeros son “SUS CANDIDATOS” y los segundos son enemigo. Su “imparcialidad” nos deja ver claramente de qué lado están.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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