Este pasado 5 de junio se cumplieron 14 años del caso de la Guardería ABC, un caso en donde perdieron la vida 49 infantes y hubo más de 100 heridos, tras un incendio en las oficinas de la Secretaría de Hacienda del gobierno de Sonora, en Hermosillo.
En aquél entonces, se dijo que el gobierno federal, encabezado por Felipe Calderón, encubrió a diversos funcionarios, a quienes se les acusó de negligencia, y que tenían un vinculo con la ahora senadora Margarita Zavala, por lo que se esperaba que el caso sería uno más a la lista de otros tantos que han quedado impunes.
Y es que este asunto incluso llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que, al decir del ministro Arturo Zaldívar, “la Corte avaló la impunidad”, pues solo tres, de los once ministros, votaron a favor de fincar responsabilidades.
Para el caso, los años han pasado y nadie, absolutamente nadie, ha pagado por tal atrocidad. Juicios que parecen nunca acabar; de hecho, de los exfuncionarios señalados, algunos ya han fallecido; otros tantos, aún sin sentencia.
Miguel Nava Alvarado, representante legal de cuarenta familias, expresó que se han obtenido más de 120 sentencias de amparo en favor de las víctimas, pero que el estado las ha ignorado.
También, señaló que además del PAN y el PRI, se debe sumar Morena, ya que el ahora ejecutivo federal prometió que llegaría la justicia para este caso, el cual es considerado como una de las mayores tragedias en la historia reciente.
Desgraciadamente, no se puede asegurar que este será el último caso que quede impune y en donde las víctimas no les quedará otra más que comérselo con patatas. Ante el panorama en el que nos encontramos actualmente, a los partidos políticos parece ser que no les interesa otra cosa más que planear el siguiente proceso electoral. Basta con señalar lo que ha ocurrido en estos días.Mientras que, del lado de los jueces, no parece existir el ánimo alguno para agilizar los procesos con el fin de dictar sentencia a los responsables.
Ante todo, ya han pasado 14 años y nada. En ocasiones, ese adagio: “la justicia tarda, pero llega”, no es tan alentador ni consolador de nada.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
Comentarios