“…Las “amenazas de López Obrador”, los “insultos” que le llegaban del liderazgo de su partido y el desprecio que le había demostrado el presidente Vicente Fox, “erosionan la finísima línea de legitimidad que tiene el presunto ganador. Frente a todo esto, Calderón “va a necesitar mucho apoyo del gobierno de Estados Unidos”. Acto seguido, el embajador recomendaba que el presidente Bush volviera a llamar a Calderón apenas se hiciera oficial el fallo del TEPJF (Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación) y que lo invitara a EU. “Desde la embajada nos embarcaremos de inmediato en un proceso de planificación de la transición con el equipo de Calderón, empezando por una reunión con Juan Camilo Mouriño y Josefina Vázquez Mota”.
México en WikilLeaks
“A cambio de este claro entreguismo, el gobierno de EU ha arropado la figura de Calderón con particular emoción. Una de las primeras demostraciones públicas de este apoyo fue la lamentable e injerencista llamada del presidente George W. Bush a Calderón para felicitarlo el 6 de julio de 2006 al terminar el conteo distrital del Instituto Federal Electoral (IFE). Recordemos que, a pesar de las declaraciones ilegales en aquel momento realizadas por Luis Carlos Ugalde, es el Tribunal Electoral… (TEPJF), y no el IFE el único órgano facultado para declarar el ganador de la elección presidencial.
En aquel momento todavía quedaban dos largos meses para revisar y calificar la elección. Pero a Bush le importaba más validar lo más pronto posible los compromisos adquiridos con Calderón que respetar la institucionalidad democrática del país… (cable 06MEXICO4937).
En este mismo cable… Garza señala la extrema debilidad política de Calderón e indica que los “asuntos de mayor importancia” de EU estarán en riesgo de estancamiento” a menos que “mandemos una señal fuerte de apoyo para empujar al equipo de Calderón hacia una transición vigorosa y fortalecer la agenda y el liderazgo” del presidente electo. Un detalle adicional: de manera sospechosa, este cable, redactado cuatro días antes de la calificación de las elecciones presidenciales por el TEJF, da por hecho que Calderón será ratificado por el Tribunal y “asumirá el poder el primero de diciembre”.
WikiLeaks en La Jornada
Memoria de una aventura periodística
PEDRO MIGUEL (Coordinador)
La Jornada Ediciones
Páginas 280 y 293
Pasaban las horas, fue un gran día. Desde temprano había esperanza, se sentían los aires de cambio, sabíamos que esta sería la última vez en que él, Andrés Manuel se había postulado para el más grande honor, llevar los destinos de más de 120 millones de mexicanos, de millones y millones de ciudadanos que habíamos estado con él durante muchos años, y arribaba la tercera para lograr llegar… y llevar el destino de la nación.
Fueron muchos años de batallar y vaya que hubo batallas, viles, ruines, sórdidas, fraudulentas, llenas de odio, de rencor…de todo. Simplemente en el 2006 se generó una guerra sucia como no habíamos visto antes, hasta el presente sexenio, pero por aquellos días del 2006, antes, durante y después fuimos testigos de la campaña más negra, más vil, despreciable y deleznable que hayamos presenciado… hasta ahora. Vimos aquella infame campaña de “Andrés Manuel, un peligro para México” y se empezó a sembrar el odio entre sus detractores.
Fueron tantos los anuncios, los programas dirigidos, la propaganda llena de mentiras y falacias que lograron calar en mucha gente y ver al futuro presidente de México como aquello que tanto pregonaban, el “peligro para México”. Los medios corporativos de “comunicación” haciendo lo que saben hacer: la manipulación; fueron tan mordaces, lacerantes, punzantes e insistentes con esa campaña sucia logrando su objetivo, sembrar en el colectivo aquello del peligro para México que realmente calaba la duda en el respetable.
En esa ocasión, en el 2006, de acuerdo con los datos del IFE (en aquel entonces), resulta que López Obrador había “perdido” por el 0.58% de votos. Ahora, con los cables que se rebelaron en Wikileaks del recién liberado Julian Assange supimos la verdad, del megafraude que llevaron a cabo para no entregarle la presidencia al representante de la izquierda en México que había ganado, a Andrés Manuel, de cómo ya estaba todo arreglado para que, desde el gobierno del vecino del norte reconocieran al gobierno espurio de Felipe Calderón como ganador y vencedor, bueno, las autoridades norteamericanas sabían desde días antes que se declararía vencedor al representante del PAN y además, también sabían desde días antes cómo iba a ser el proceso para declarar ganador al contrincante representante del, en ese entonces, continuismo del periodo panista, además de la ya aceptada intervención antes y durante el proceso, del presidente de ese entonces, Vicente Fox.
Para el 2012 tuvimos al telecandidato, otro fraude más estilizado, más “sutil” pero con todas las agravantes de que sería un títere de los poderes fácticos y de los oligarcas que manejaban a la nación. Así como “manejaban” al país, así ya tenían a su marioneta junto con su “guapa muñequita” de telenovela listos para seguir controlando los destinos de México. Aún se recuerda aquello de “Enrique bombón, te quiero en mi colchón”, toda una alegoría a la manipulación televisiva.
Tanto tiempo preparándolo, desde la gobernatura en el Estado de México. Aún recordamos aquella entrevista en un programa donde, así como que no queriendo la cosa, le preguntan sobre si había una relación entre él y la gaviota, y así como que tampoco queriendo la cosa, él, todo “ruborizado”, con un aspecto muy “angelical” acepta que sí, que sí tenía una relación con la mujer que lo acompañaría al altar en una ceremonia toda arreglada, toda televisada a nivel nacional. En fin, ganó, y ganó por todo lo mediatizado que estuvo esa campaña, por todo lo que representaron los monederos Monex y los millones y millones invertidos en la campaña auspiciada desde los grandes empresarios y publicitada desde la gigante televisora mexicana.
Y llegó el 2018. La tercera es la vencida y se cumplió el adagio. Amaneció aquel 1 de julio. Tanto tiempo batallando, tanto tiempo se reprimieron las ganas de luchar (literal) por tomar el destino de México y la única salida que dejaron fue salir decididos a votar, y salimos. Se acudió por millones y millones. Lo que no esperaban los organizadores de las, hasta ese momento, más grandes elecciones, era que acudiéramos tantos millones.
En este siglo, en todas las elecciones pasadas, el que había obtenido más votos fue precisamente Peña Nieto con sus 19 millones de votos. Para el 2018 pensaban que podían hacer chanchullo, trampa, tranza, engaño para poder modificar la decisión del soberano, del pueblo. Y el pueblo salió, votó y el pueblo eligió. Lo que jamás esperaron fue la votación numerosa, multitudinaria y masiva para el candidato de la izquierda, más de 30 millones de votos sin dejarles ningún margen de maniobra para aplicar alguna modificación a la decisión de esos millones de mexicanos.
Fue un día largo, lleno de alegría al irse viendo la tendencia. Las encuestas de salidas ya daban una claridad de hacia dónde se había inclinado la balanza. Salió el candidato Meade a reconocer su derrota con un discurso de agradecimiento a todos los que lo apoyaron. Enseguida salió el candidato Anaya, sí, aquél que en este momento anda prófugo pero que regresará con fuero para ocupar una curul, y salió a reconocer su derrota. La ventaja para el ganador fue de nada más y nada menos que de 20 puntos porcentuales, nada podía hacerse ante esa inminente victoria, ni para manipular los datos. Más de 30 millones de votos que obtuvo Andrés Manuel López Obrador contra los 12 millones de su contrincante más cercano, Ricardo Anaya. Ante esto no quedó nada, nadita de margen para manipular…nada había que hacer más que aceptar el resultado que se veía con claridad.
Y empezaron los festejos, las llamadas de felicitación, los tuits de mandatarios con las felicitaciones para el nuevo presidente y los mejores parabienes para nuestra nación aceptando la victoria del líder de la izquierda en México. Y a preparar los festejos en el zócalo de la ciudad de México. A celebrar a lo grande la larga muy larga espera llena de luchas, sin sabores, dolores, pérdidas de amigos, muertes de compañeros de lucha que quedaron en el camino, una espera con un sabor a triunfo sólido de verlo llegar. No había espacio más que para la alegría y a vivir con los amlitos que se harían más famosos. Y a recordar a aquel ciclista, que ahora es aquella (respetando su decisión) ciclista que le dijo, meses después junto a la ventana del auto que lo trasladaba “En ti confiamos”. Un grito que vibró y nos hizo vibrar.
Y una frase dentro del discurso del presidente electo y ganador que encerraría mucho de todo lo que tenía para su gobierno: “Los cambios serán profundos, pero se darán con apego al orden legal establecido. Habrá libertad empresarial, libertad de expresión, de asociación y de creencias”, dijo. Y sí, han sido profundos, tan profundos que ahora viene en camino la puesta en marcha del Plan C y la más necesaria de todas las reformas para seguir avanzando, la Reforma al Poder Judicial.
Tantos quedaron en el camino pero llegamos millones y millones y otros tantos con la incertidumbre que por tanto tiempo les metieron en la cabeza aquello de que seriamos Venezuela o Cuba o que nuestro peso estaría en 30 o más y recordamos aquello de que “compren dólares”. Y nada. Llegó ese 1 de julio lleno de esperanza, de alegría y de orgullo por haber derrotado a la oligarquía que se sentía dueña de México.
Y sí, llegó el 1 de julio y después el 1 de diciembre y ahí, en ese momento empezó la cuenta regresiva… qué lejos se veía el final del sexenio. Apenas 1 de julio y a prepararse para la entrega recepción, el cambio de régimen, el inicio de una nueva era…¡qué lejos se veía el 30 de septiembre del 2024, el final del sexenio! Y así empezó uno de los sexenios más intensos, las conferencias matutinas (las mañaneras) que cada día han marcado el ritmo del quehacer político de México. Tantas cosas, tantos sucesos que se dejaron venir a partir de esa fecha. No lo queríamos ver, no lo queremos dimensionar pero ese 1 de julio del 2018 y ahora, a exactamente 6 años de aquella fecha, lo sabíamos pero lo veíamos lejos muy lejos pero irremediablemente llegaría y sí, llegó el inicio del fin.
Disgregando
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“… Las principales víctimas de esta ausencia de garantías jurisdiccionales son las personas más humildes. Si difícilmente pueden acceder a una defensa, es más constante que encuentren abusos que justicia en las y los abogados o los jueces mexicanos. Para nuestra población la justicia en México es cara, elitista, desgastante, humillante, lenta, inaccesible, inentendible, abusiva, misógina, racista, clasista, corrupta, parcial…en una palabra, es injusta”.
Participación de la Ministra Lenia Batres en el
1er. Foro de Diálogos Nacionales sobre la
Reforma Constitucional al Poder Judicial
¿Qué Poder Judicial tenemos? ¿Qué Poder Judicial queremos?
Jueves 27 de junio del 2024
Quesadilla Torruco, sobre AMLO
Monex
https://polemon.mx/monex-clasista-y-misogino-publicidad-que-discrimina
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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